LA ENSEÑANZA DE LA EDUCACIÓN FÍSICA

La gimnasia en la escuela suscitó a fines del siglo XIX  un amplio debate. Maestros, familias y médicos participaron en la construcción de un saber vinculado a la educación del cuerpo donde la salud ocupó un primer lugar, sumando la belleza en las niñas y la destreza física en los niños. El debate acerca de la mejor manera de incorporar la gimnasia en las escuelas estuvo sustentado en la circulación de libros, revistas, conferencias e incluso de una especial visita extranjera. Las diferentes producciones escritas fueron impulsadas por pedagogos argentinos y, también, provenientes de Europa y Estados Unidos. 

José María Torres además de abordar en sus escritos la educación física tradujo en 1887 la obra de J. Madison Watson:  Manual de Calistenia y Gimnasia. Un manual para la formación de los docentes y los padres de familia. Otra traducción que circuló varios años entre los maestros fue la obra  del Doctor Lagrange.  Por otra parte, el educador Francisco Berra también desde sus escritos promovió la educación gimnástica.

El Monitor de la Educación Común, revista del Consejo Nacional de Educación, promovió la educación física a partir de la publicación de artículos de maestros, traducciones de revistas extranjeras y de las conferencias docentes. La lectura de los diversos escritos nos permiten afirmar que la gimnasia no se reducía a ejercicios mecánicos y militares, también estaban los juegos libres y los juguetes. Las conferencias constituyeron un espacio  de debate de propuestas para la construcción de la educación física.

En una conferencia en 1893 el Director de la Escuela Normal de Varones de la Capital Honorio Leguizamón sostuvo sus argumentos en defensa de la gimnasia en la experiencia del empleo de aparatos gimnásticos propuestos por el Consejo Municipal de París. En otra conferencia en 1896 el maestro Salustiano Pourteau afirmó que la educación física era la cenicienta de la escuela y de la familia. Defendió el uso del término educación física en detrimento de gimnástica, según él, el primero  resultaba más abarcativo y de carácter científico, mientras que el segundo aludía a “aparatos y volteretas”.

En este caso, presentamos, el libro de Drachmann qué, traducido en Buenos Aires, se limita a los preceptos de gimnasia higiénica para las niñas, regulando ejercicios realizables no sólo en la escuela, sino también en la casa de familia. Gracias a la participación del Dr. Lausen, en los colegios de señoritas de Buenos Aires, se introdujo la educación física en las niñas, acercando la gimnasia de los varones a la gimnasia de las niñas

 

Documentos digitalizados Documentos digitalizados

Drachmann, A.G.. Gimnasia higiénica para niñas en la escuela y en casa de familia. Buenos Aires : Librería Europea de L. Jacobsen y Ca., 1879.

 

 

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