POLÍTICAS EDUCATIVAS (1910 - 1930)

En las primeras décadas del siglo XX, la escuela se convirtió en parte de la experiencia de la mayoría de los niños que vivía en Argentina. La población escolar se duplicó, alcanzando prácticamente al 70% de los niños entre los 6 y 13 años. En este marco, desde diferentes perspectivas, surgieron los primeros balances críticos sobre el sistema educativo.

La primera de estas críticas tuvo lugar en el año 1910, en el marco de la conmemoración del Centenario, cuando José María Ramos Mejía, presidente del Consejo Nacional de Educación, planteó que las escuelas argentinas no cumplían su tarea de garantizar la integración de las masas inmigrantes a la cultura nacional. Propuso, entonces, un programa de acción para profundizar los contenidos patrióticos y nacionalistas, en el que primó una concepción de la identidad nacional homogeneizadora.

El proyecto de Ramos Mejía contribuyó al aumento del control sobre el quehacer de maestros y alumnos en las aulas, por parte de la burocracia central del sistema educativo. A su vez, la puesta en marcha de la ley Láinez (1905), expandió la influencia del Estado Nacional en los sistemas educativos provinciales, quedando un número creciente de escuelas bajo la dirección de la Nación.

En este marco de balances sobre el sistema educativo, también se levantaron las voces críticas de anarquistas y sectores medios de la sociedad.

Los diagnósticos anarquistas atacaban al sistema educativo por considerarlo autoritario, basado en rígidas normas disciplinarias fundamentadas en un sistema de premios y castigos. Estos sectores, por el contrario, defendían a ultranza una educación basada en la libertad del niño y en el respeto a un espíritu crítico. En ese sentido impulsaron una educación alternativa basada en una metodología de enseñanza donde se combinaba el trabajo manual e intelectual.

Por su parte, las clases medias reclamaban la ampliación de su participación política, lo que tuvo un fuerte impacto en el campo educativo. En la universidad, los estudiantes pugnaron por la democratización en la Reforma Universitaria de 1918. También, la discusión sobre la reforma en la enseñanza media giró en torno del proceso de ampliación política. Así, se debatió sobre el carácter elitista de la educación secundaria, su enfoque enciclopedista y la forma de transformarla, acorde con las necesidades políticas y económicas del momento.

 

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