POLÍTICAS EDUCATIVAS (1850 - 1880)

En 1869 se ejecutó el primer censo nacional con la finalidad de realizar el inventario de la población y el diagnóstico de las riquezas del país. Entre otras consultas, en la planilla censal se preguntaba si los niños asistían a la escuela. Al publicarse los resultados del censo se supo que en la Argentina vivía un millón y medio de personas, de las cuales los niños en edad escolar eran 413.459, mientras que sólo 82.671 asistían a la escuela.

El censo confirmó con cifras el diagnóstico compartido de las elites que disputaban la conducción del país, para quienes Argentina era un territorio ‘rico’ pero con una población ‘escasa’, ‘atrasada’ y que ‘carecía de disposición al trabajo’, al ‘orden’ y la ‘disciplina’. No había dudas de que el ‘progreso’ sólo sería posible mediante un crecimiento rápido de la población y la capacidad de moldear sus hábitos de vida.

El solo hecho de interrogar (en una planilla con escasas preguntas) por la asistencia de los niños a la escuela es un indicio del triunfo del proyecto sarmientino. Domingo Faustino Sarmiento colocó la organización del sistema educativo, denominado en la época “educación común”, en el centro ineludible de las transformaciones que requería el país. Sarmiento, con una larga experiencia en cuestiones educativas, dirigió la organización del sistema escolar en la provincia de Buenos Aires entre 1855 y 1860, función a la que regresó en 1875 cuando terminó su presidencia. Dicha experiencia constituyó el punto de partida para la expansión de la “educación común” a la nación en su conjunto.

 

 

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