PRÁCTICAS EN EL AULA

La homogeneización de la experiencia en las escuelas fue un rasgo predominante de la segunda mitad del siglo XX, mediante la unificación de los programas, actividades, y materiales de trabajo. Sin embargo, los métodos pedagógicos promovieron la creatividad y la experimentación en el aula, generando en simultáneo un proceso inverso.

La pretendida ‘homogeneización’ se implantó a través de un conjunto de rituales y actividades destinadas a formar el sentimiento patriótico. Hasta ese momento, cantar el himno nacional, izar la bandera, o conmemorar la independencia, no formaban parte de la experiencia común de todos los niños, ya que eran prácticas que se realizaban sólo en algunas escuelas. Hacia 1910, comenzó a considerarse imprescindible a estos rituales, para formar un sentido de pertenencia al país, entre las nuevas generaciones.

A su vez, se ‘homogeneizaron’ las prácticas educativas mediante reglamentos, instrucciones y la supervisión de inspectores y autoridades intermedias del sistema. En cuanto a los contenidos, las regulaciones estuvieron limitadas a lineamientos concretos, emitidos a partir de temáticas o situaciones particulares, sin que se realizara una reforma completa de los programas a escolares.

Por otra parte, los cambios derivados de la difusión de la pedagogía y la didáctica, tuvieron un fuerte impacto en las prácticas educativas de la época. En efecto, el crecimiento en el número de maestros egresados de las escuelas normales, sumado al control sobre el quehacer educativo por parte del aparato burocrático estatal, contribuyeron a la utilización de nuevos métodos de enseñanza en las aulas. A su vez, estas tendencias fueron acompañadas por iniciativas provenientes de ámbitos no oficiales, tales como revistas, pensadores y agrupaciones gremiales.

La reflexión sobre la niñez, el aprendizaje, la relación docente – alumno, y los métodos de enseñanza, eran parte de la formación docente. También, circulaban en libros, revistas de la época, y en conferencias de maestros y autoridades educativas. De este modo, se expandieron las ideas y métodos pedagógicos centrados en la actividad de los alumnos, la experiencia propia, el estímulo de las actividades al aire libre, el trabajo en grupos, y el uso de técnicas y materiales educativos.

En cierto modo, estas perspectivas operaron en sentido contrario a la homogeneización, ya que la renovación pedagógica insistió en el valor de la imaginación, la creatividad y la relación personalizada entre maestros y alumnos en el proceso de aprendizaje. De todos modos, en la escuela de la época convivieron prácticas y métodos.

 

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