LA ESCUELA NUEVA

En las primeras décadas del siglo XX el crecimiento de los sistemas educativos puso en tensión la pedagogía construida por Herbart a mediados del siglo XIX. La reflexión y el debate pedagógico suscitaron la creación de un movimiento pedagógico denominado Escuela Nueva. La búsqueda de otros métodos y espacios para la enseñanza estuvo acompañada de una creciente preocupación por la infancia. La realización de Congresos en Europa y América pusieron en escena el lugar del niño en la sociedad. En Argentina, en 1913 se desarrolló el Primer Congreso del Niño y en 1916 el Primer Congreso Panamericano del Niño. En ambos la educación ocupó un lugar prioritario.

En esta dirección, el movimiento pedagógico de la Escuela Nueva propuso, según John Dewey, un giro copernicano donde el centro de gravedad recae en el niño. La escuela tradicional se define por la planificación anticipada de los programas, de los manuales escolares, de reglamentos uniformes y especialmente, por las lecciones verbales del maestro. La escuela tradicional fue definida por la imposición de sus tiempos y espacios que construyen un ambiente muy diferente a la vida cotidiana del niño.

La Escuela Nueva reúne un conjunto diverso de ideas, métodos y experiencias esparcidas en todo el mundo. Ovide Decroly en Bélgica, Georg Kerschensteiner en Alemania, Celestin Freinet en Suiza, John Dewey en Estados Unidos, Antón Makarenko en Rusia, Lorenzo Luzuriaga en España, José Rezzano  y Cotilde Guillén en Argentina entre muchos otros.

La difusión de los principios del movimiento se realizó desde organizaciones nacionales e internacionales, viajes, libros y publicaciones periódicas. En Argentina, la revista La Obra difundió desde 1921 los principios de la Escuela Nueva especialmente desde su sección Didáctica Práctica. En 1926 la Doctora italiana Maria Montessori, principal exponente del movimiento, visitó el país en el contexto del Primer Congreso Femenino Internacional.

En esta oportunidad presentamos un texto de María Montessori: Manual práctico del Método Montessori. El libro expone las principales ideas que sustentan su método, una descripción detallada de diferentes materiales para la enseñanza y nociones sobre la enseñanza de la lectura y las matemáticas.

La pedagoga afirma: “Nuestro método ha roto con las viejas tradiciones: ha abolido el banco, porque el niño no debe estar quieto escuchando lecciones de la maestra; ha abolido la cátedra porque la maestra no tiene que dar lecciones colectivas, necesarias en los métodos comunes. Esto es el primer acto externo de una transformación más profunda, que consiste en dejar al niño libre para que obre según sus tendencias naturales, sin ninguna sujeción obligada ni programa alguno y sin los preceptos pedagógicos fundados en los principios ‘establecidos por herencia’ en las antiguas concepciones escolásticas” (1915: 37).

 

Documentos digitalizadosDocumentos digitalizados

Montessori, María. Manual práctico del método Montessori. Barcelona: Araluce, [ca. 1920].

 

 

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