Hallazgos

El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas.
No sólo se trata de encontrar el texto que ha quedado descansando, a la espera de una nueva consulta. También de regresar al que alguna vez ya fue interpelado a la luz de nuevas lecturas, otras preguntas, renovadas interpretaciones.

 

La reforma como preocupación

“La sucesión de planes y programas casi tan frecuentes como el cambio de modas, atestigua la buena intención de querer alcanzar algún fin considerado como el objeto de la escuela primaria. Pero esa misma sucesión prueba que la buena intención no está bien servida (…) Esta inestabilidad, es una causa de que no se llegue a fin alguno, o se llegue después de inútiles rodeos”

Hoy presentamos “Entretelones de la Escuela Primaria” escrito por Victorina Malharro (1889 – 1928), publicado por la Imprenta Alfa y Omega de Buenos Aires (sin datar) dirigido “a los maestros de buen sentido y buena voluntad” y “a todas las personas interesadas en el adelanto de la educación común”

 

Preocupación personal y profesional

“Los maestros que egresamos de la Escuela Normal con ideales más levantados que el de ganar un sueldo, conservamos de dichos cambios recuerdos dolorosos por la fatiga que nos ha costado orientarnos en ese tira y afloja de ideas impuestas hoy y anuladas mañana por otras que no tardarán en desaparecer”

Pero, no todos los maestros son iguales. Hay por lo menos tres clases, entre los responsables de los fracasos. Están los indiferentes, que sólo aplican las disposiciones por miedo al castigo y que “en cuanto este no amenaza, las descuidan sólo porque no hacer es más cómodo que hacer”, Están los “ácratas malogrados, los que no son dinamiteros no por falta de intención, sino por falta de energía”; protestadotes que rechazan toda medida sólo porque emana de la autoridad. Y están los “antónimos de los rebeldes, tan perjudiciales como estos para la enseñanza y para la dignidad del magisterio (…) encuentran bueno cuanto el superior dispone.
Están también los buenos maestros, que no rechazan nada porque sí, que estudian las propuestas, hacen correcciones, perfeccionan, son “el primer factor oara dar a la enseñanza primaria acertada orientación”

 

El peligro de la aparatosidad

“… el lujo es un flagelo más temible que la viruela y la tuberculosis. La sociedad le rinde pleito homenaje a prodigando a los que lo llevan consideraciones que niega a quien no lo gasta, sin detenerse a reflexionar sobre los medios como se le adquiere. Es utópico esperar de sólo la escuela, remedio a mal tan extendido e intensificado…”

La escuela está obligada a ser sencilla “porque el costo de dos escuelas de lujo da para tres que no lo sean, razón de mucho peso entre nosotros pues siempre los locales escolares nos resultan insuficientes”
La escuela sencilla, no es fea., “un papel de seda colocado con gracia y renovado cada vez que es preciso, suple ventajosamente a la mayólica; democráticos helechos comunes y geranios, a la planta de invernáculo” Enseñarle al niño el buen gusto y la modestia, es preparar hogares sencillos y delicados.
La escuela debe ocuparse especialmente de las niñas y “combatir su inmoderado lujo en el vestido”. Es por eso que el Inspector Pizzurno aconsejo, para combatir este mal guardapolvos y delantales.
También estar al cuidado del excesivo lujo de las maestras, por lo que también alguna vez se propuso llevar uniforme, pero, “eso sería una verguenza para la escuela argentina. El educador de la democracia no puede llevar librea como el ayo de un infante. Imponerle al gremio encargado de educar, una cortapisa para evitar que dé el mal ejemplo del lujo, es suponerlo incapaz de enseñar moral y, entonces, lo que corresponde no es uniformar la indumentaria de todo él, sino castigar a los que no saben sustraerse el ambiente de pueril vanidad en que toda nuestra sociedad vive”

 

El ejemplo en la tarea

“Una cosa muy buena hizo esa inspección: suprimir en absoluto las labores de lujo. Y tal incremento habían tomado estas que sólo por esa supresión debemos alegrarnos de que se creara (…) una complicada repartición encargada de vigilar la enseñanza de labores y economía doméstica”

Coser, marcar, remendar, se enseñan con cuentagotas. Los remiendos que se hacen en a escuela, son primores caligráficos sin aplicación en la vida”
Por otra parte, los programas “son de aplastadora uniformidad” en segundo todas hacen fundas, en tercero enaguas, en cuarto camisas aunque necesiten otras cosas y pareciera que no tiene nada más que aprender. “¿Por qué la costura a máquina, más necesaria que la misma costura a mano, empieza en quinto grado, al cual no llega ninguna niña de las que más necesitan aprender a coser?”

 

No pensar sólo en las niñas

“Si necesitáramos pruebas corroboradotas de la falta de meditación con que se resuelve entre nosotros cualquier problema educacional, nos bastaría contar las veces que la escuela mixta ha sido objeto de controversias en discursos y artículos pedagógicos”

La propuesta de cohabitación en la escuela, entre niñas y niños ha quedado en la tensión entre quienes consideran que así se pueden formar “generaciones fuerte, libres de prejuicios, imbuidas a la vez de respeto al propio sexo y de generosidad y comprensión para el opuesto” y quienes la consideran “como un medio eficacísimo de corromper generaciones del futuro desde la más tierna infancia”
Seguramente, si sobre este tema se consultara a los docentes, ellos no pensarían en la escuela mixta “como un semillero de perversión e inmoralidad” sino en el impacto que sobre ella tiene la sociedad y “que toda precaución de la escuela y toda vigilancia de los maestros resulta poca”

Ana Diamant

Este libro puede consultarse en la Sala Americana – SA 31 – 09 - 031

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