Hallazgos

El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas.
No sólo se trata de encontrar el texto que ha quedado descansando, a la espera de una nueva consulta. También de regresar al que alguna vez ya fue interpelado a la luz de nuevas lecturas, otras preguntas, renovadas interpretaciones.

 

Derecho del niño a la escuela bella

“Queremos decorar, embellecer la escuela; qye la escuela sea amable y grato refugio para los niños y para el maestro: problema fundamental y que, sin embargo se encuentra  bastante descuidado. Es fundamental, porque todo hogar de trabajo debe ser alegre y bello (…) Antes de hacer obligatoria la enseñanza deberíamos establecer el derecho de los niños a tener escuelas limpias y agradables (…) Y por otra parte, la labor escolar, la labor del maestro, es muy difícil en ambientes ingratos”

Hoy presentamos “Decoración Escolar” de Pedro Chico, Profesor de la Escuela Normal de Madrid, publicado en 1933 por la Revista de Pedagogía dirigida por Lorenzo Luzuriaga. La colección se propone “reflejar el movimiento pedagógico contemporáneo y, en la medida de lo posible, contribuir a su desarrollo (…) dirige su atención a todos los problemas de la enseñanza”

 

Tensión entre estética y sobriedad

“Las Normales, con sus escuelas anejas, deberían envolver a sus alumnos en un maravilloso ambiente de belleza, para que después, le normalista, en la escuela primaria, sintiera nostalgia de su escuela formadora y la necesidad de una total transformación de aquella en donde presta sus servicios. El lema ha de ser: belleza, bondad y trabajo. Una escuela bella, un maestro bondadoso, un lugar de actividad”

No pareciera ser un problema difícil de resolver. El ambiente estético se resuelve con entusiasmo y deseo, condiciones que reúnen la gran mayoría de los maestros españoles. Réplicas de relieves y estatuas, copias de cuadros, fotos de monumentos y lugares geográficos de la región pueden ser utilizados para decorar salas de profesores y aulas, apelando también a la producción colaborativa de los niños.
Hay experiencias ricas. Llevar el arte a las escuelas es preocupación de algunas asociaciones europeas, como en Suiza, Bélgica y Holanda. La sobriedad en la decoración de las escuelas norteamericanas, también es un buen ejemplo “donde nunca faltan repisas sobre zócalos de madera para colocar flores o pequeñas estatuas, algunas láminas o frisos sencillos”. El Museo Pedagógico es también un estímulo para el arte en la escuela, cuando promueve, aún en los rincones más apartados “el cariño a las flores, que recogen en sus excursiones a las montañas para decorar luego, sobre jarros humildes de estilo español, las mesas y las habitaciones”

 

La clase desnuda es una clase triste

“Por pobre y feo que sea el local, podéis trocarlo, no con la varita de los cuentos de hada, sino con un poco de buena voluntad, en algo vuestro, con algo de vuestra propia alma (…) En un pueblo grande os podrán preparar en cualquier droguería, en una vieja lata de petróleo, la cantidad de pintura suficiente”

Los frisos, anchos o estrechos, sobre el zócalo o en lo alto de los muros, son un elemento fundamental, ya sea realizado por un artista, por el maestro, por los niños, creativo o intentando “la reproducción o ampliación de escenas de libros bien ilustrados.
Los temas, para los más pequeños pueden ser los juguetes, “balones caballos, arbolitos, casitas, trenes, regaderas, cubitos y palas, teatros, trompetas”, motivos de fábulas o escenas de cuentos clásicos españoles o extranjeros, siluetas de animales, escenas de la vida cotidiana, paisajes, temas vinculados con los contenidos escolares, como “bellas combinaciones en colores, blanco o negro, con cuadritos, triángulos, círculos, estrellas pentagonales, rectángulos, óvalos” para el caso de geometría. Para los más grandes “escenas y personajes de la España romana, medieval, árabe, del renacimiento (…) interpretando artísticamente trajes o armaduras de cada época” para historia española.Los biombos, de tradición japonesa, “objetos más de adorno que de utilidad” pueden colocarse cerca de la puerta, en un país de inviernos rigurosos, para evitar el paso de la corriente fría, adquiriendo así valor de utilidad.

 

No sólo decoración, también funcionalidad

“Toda clase debe poseer un mueble para colocar los libros de lectura y estudio, independientemente de la biblioteca escolar que en una escuela graduada tendrá su propia habitación (…) acomodar las dimensiones de los muebles a las necesidades del niño, ya que son muebles para niños y no para hombres, y, por lo tanto, el niño debe poder usarlos sin necesidad de ayuda del hombre, ni de acudir a una escalera o hacer equilibrios sobre sillas con peligro de caídas dolorosas”

Es preferible siempre extenderse siempre en superficie y no en altura. Y no dejar de considerar “un armario vitrina para guardar objetos del material de enseñanza, ejemplares del pequeño museo de la clase recogidos en excursiones y visitas a fábrica y talleres”
No hay que olvidarse de las telas, que permiten llevar a la escuela los colores vivos, sin necesidad de “acudir a terciopelos, sedas, cretonas o damascos (…) con algunos pañuelos estampados, de los que usan las mujeres de Castilla, podemos obtener agradables efectos, colocándolos sobre el muro, sobre una repisa o como fondo de libros y floreros”
No olvidar que, además, el sentido de la proporción es fundamental para “triunfar en el decorado de las clases (…) Tan ridículo sería colocar cuadros descomunales en muros de exigua superficie como cuadros diminutos sobre superficies grandes. Estas indicaciones y otras, no debieran considerarse superfluas para no caer en “la cursilería, la inarmonía y la desproporción”


Ana Diamant

Este libro puede consultarse en la Sala Americana – SA 28 – 07 - 027
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