Hallazgos

El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas.
No sólo se trata de encontrar el texto que ha quedado descansando, a la espera de una nueva consulta. También de regresar al que alguna vez ya fue interpelado a la luz de nuevas lecturas, otras preguntas, renovadas interpretaciones.

 

El concepto de las escuelas

“Las escuelas se conciben como institutos de educación popular. En oposición a casi todos los otros medios de educación, las Escuelas Populares de Estudios superiores son organizaciones completamente libres y no conocen ninguna clase de ligaduras, ni del estado ni de la sociedad (…) La crítica y el pensamiento independiente, la investigación y el impulso creador son condiciones esenciales para el trabajo en ellas”

Hoy presentamos “Las escuelas populares de estudios superiores” de Gonzalo Latorre Salamanca, Maestro en la Escuela Experimental de Niños de Santiago de Chile y Agustín Álvarez Villablanca, Maestro en la Escuela de Aplicación, anexa a la Escuela Normal Superior de Santiago de Chile, publicado en 1933 por la Revista de Pedagogía de Madrid.

 

La modalidad de estas escuelas

“Existen muchas confusiones acerca del verdadero concepto (…) y de ahí que muchas veces sus verdaderos fines hayan sido mal interpretados y estos organismos, usados como instrumentos de educación política…”

Este movimiento, que se inició en Dinamarca, se extendió rápidamente por el norte y centro de Europa y a partir de la revolución bolchevique se estableció en cientos de universidades obreras. En la “América española” tuvo sus versiones en Perú y en Chile. Fue muy conocido en los Estados Unidos de Norteamérica.
El éxito del movimiento se sostiene en condiciones especiales, entre ellas, que debe “nacer desde abajo, ser una necesidad hondamente sentida por el pueblo, conducido por el pueblo mismo” y por hombres que comprendan sus sentimientos y necesidades. La autonomía de organismos políticos, religiosos y económicos y la claridad respecto de las concepciones de personalidad, comunidad, nacionalidad y humanidad son claves para cumplir con sus “fines ideales y prácticos” También el “abandono de los métodos escolares clásicos, carentes de flexibilidad” y la concepción de sus integrantes “como comunidad de vida y de trabajo, en la cual el valor de cada uno hace al valor del todo, y la confianza mutua que destruye los estiramientos académicos, ablanda la labor y la hace agradable”

 

La finalidad de estas escuelas

“Los `fines didácticos´ son los de establecer una vinculación con el pasado, facilitar una mejor comprensión del presente y formar una clara concepción del futuro (…) no quieren ilusionar con el romanticismo de una igualdad que no existe… ”

La concepción psicológica es la de Spanger, mirar al hombre como un todo complejo, nunca como una suma de fenómenos aislados. En la misma dirección, el pensamiento educativo plantea que el ser humano no puede comprender aisladamente, sino en forma relacional, por lo que el método se caracteriza por guiar experiencias e intereses, la vida en común y el intercambio de ideas. Su peligro principal sería que se propusieran entregar certificados y diplomas. De este modo, “el hombre profesional, obreros y empleados de categoría inferior y media – los académicamente formados rara vez frecuentan las escuelas – encuentran en estos institutos un lugar en donde se le arranca de la mecánica y monótona tarea diaria” estimulando la confianza en sí mismo, en su personalidad y en el trabajo y el “refinamiento y ennoblecimiento de la vida profesional”
Así adoptarán formas diversas, según se trate de escuelas para la cuidad, para el campo, para obreros industriales, para comunidades de trabajo.

Ana Diamant

Este libro puede consultarse en la Sala Americana – SA 17 – 01 - 33
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