Hallazgos

El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas.

No sólo se trata de encontrar el texto que ha quedado descansando, a la espera de una nueva consulta. También de regresar al que alguna vez ya fue interpelado a la luz de nuevas lecturas, otras preguntas, renovadas interpretaciones.

 

Juventud, matrimonio, maternidad

“Desde que Genoveva, nuestra hija mayor ha venido al mundo, esta cuestión ha sido debatida muchas veces entre mi marido y yo. Siempre se ha `pronunciado él en sentido afirmativo. He aquí sus razones: `Es deplorable que las jóvenes que llegan al matrimonio, no conozcan nada de sus obligaciones futuras y dispongan de su persona y de su vida entera, sin saber a lo que se comprometen. Las explicaciones dadas en la víspera de la ceremonia, aprisa y en bloque, no sirven absolutamente para nada, sino para asustarlas o sublevarlas, según su carácter; siempre para perturbarlas´”

Hoy presentamos “De cómo he instruido a mis hijas sobre las cosas de la maternidad” escrito por Jeanne Leroy – Allais, publicado por la Liga Argentina de Profilaxis Social en 1924.

La traducción al español fue realizada por el Dr. Emilio Coni, quien además de prestigioso sanitarista en la Argentina, fue miembro y laureado con medalla de plata de la Academia de Medicina de París.

 

De niña a mujer

“Las niñitas se sienten fatigadas de crecer mucho: el cuello, los brazos se alargan como pueden y no siempre de manera armónica. Esto las vuelve desmañadas como los polluelos durante la muda. Ni unos ni otros se reconocen en el personaje que cambia cada día. Más aún: las transformaciones exteriores nada son al lado de las internas”

La muda, esa crisis a la que todos los animales están sujetos, es la marca de la primera juventud. Como toda transformación, es penosa, pero en este caso, pasajera y promisoria, como en el caso de “los lindos polluelos (…) que se volverán bellas gallinas, robustas, ponedoras y madres de numerosa familia”
Para Genoveva, este tránsito quedó resumido en las explicaciones de su madre, desde la cavidad ósea de la pelvis que encierra los “órganos especiales de la mujer” hasta la maduración del óvulo, el desarrollo del pecho, el ensanche de las caderas y “el talle que parece adelgazarse” y en la descripción de los “inconvenientes” a que están sujetas todas las mujeres, a los que habrá que acostumbrarse, cuando dejando de ser niña, de saltar a la cuerda y de jugar a las escondidas la secunde en el pesado papel de ser ama de casa.

 
De casa a la sociedad

 “Genoveva está invitada a un baile de compromiso matrimonial. Como se trata de una de sus primas a quien va a servir de dama de honor, era imposible rehusar, pero su padre y yo estábamos contrariados en extremo”

Hasta aquí, se había podido evitar el baile, esa “noche entera pasada en un aire confinado, viciado, el día siguiente empleado en dormir o en recostarse de silla en silla, sin fuerzas, sin ánimo y malhumorada (…) perderse el tiempo de manera más malsana” y con escote, que en idea de su padre, como nada “confirma el servilismo de las mujeres de manera más marcada y más impúdica”. Sólo la autorizará “con vestido de cuello alto. Es bastante, aún demasiado que asista a esta exhibición de desnudeces”
Ni la costurera ni Genoveva estaba felices con que fuera la única con vestido de niñita, replicada como niña modesta en voz de su madre, convencida de que “el pecho femenino es cosa sagrada. Es el recipiente de vida en el que abrevan las generaciones. ¿Cómo pues convertirlo en objeto de curiosidad indecente?”

 

De señorita a madre

“Me pregunto porqué se engaña a los niños haciéndoles creer que el bebé nace en un repollo, en una rosa o aun en un zapallo (…) o bien que una cigüeña lo transporta en un pico o aún que el angel guardián lo deposita en una cuna cuando todos duermen”

Genoveva ha visto mujeres que esperan nenes, conoce las alusiones de la Biblia y del Evangelio “pero hay una cosa que desearía saber y es la manera cómo los niños regordetes se forman en el cuerpo de la madre y el lugar exacto que ocupan”
Su madre piensa que no hay que dejar a “las muchachas grandes en el error o la ignorancia” entonces abrirá un libro de medicina y recorrerá los órganos donde “el niño pasa los nueve meses antes de venir al mundo. Como el polluelo en el huevo”
A Genoveva le quedó claro que la lámina era una lección que debía aprender y retener

 

Ana Diamant

Este libro puede consultarse en la Sala Americana 040 – 07 - 001
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