Hallazgo

El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas.

No sólo se trata de encontrar el texto que ha quedado descansando, a la espera de una nueva consulta. También de regresar al que alguna vez ya fue interpelado a la luz de nuevas lecturas, otras preguntas, renovadas interpretaciones.

 

“Latidos del alma nativa”

“No hay en él sino la expresión fiel de sucedidos. Todos los protagonistas viven, y ello, como se comprenderá, pone freno a cualquier escarceo de la fantasía. Documentos humanos, esas narraciones muestran aspectos simpáticos de la vida serrana, aquilatados en veinte años de residencia en esta montañas del Neuquén”

Hoy presentamos “Entre mate y mate” de Félix san Martín, editado por Imprenta.Tuduri en Buenos Aires, en 1926 (hay una edición posterior de 1928 y otra de 1946).

Félix San Martín, además de haber dejado una amplia producción sobre temas folklóricos e históricos, se recibió de profesor normal en 1899 y en 1907 se radicó en el Territorio del Neuquén. Allí dejó las tareas docentes y se dedicó a las del campo que se vieron fortalecidas por tenacidad e inteligencia frente a penurias, dificultades y aislamiento, mientras “la pampa, sus gauchos y costumbres se le adentraron en forma tal en su espíritu (…) en forma apasionada y con un conocimiento y veracidad digno de mayor difusión para sus obras”

 

La infancia serrana

“Son niños los protagonistas de este episodio, niños serranos cuyas almitas reaccionan ya con todos los atributos de la raza al ensayar sus primeros desplantes en el medio en que nacieran. Veráse cómo en ellos perdura la psicología labrada en nuestra población rural por el acervo nativo. Es una generación más que afirma en el tiempo la herencia racial”

Cuenta de cómo el niño monta desde los cuatro años y cómo en los tiempos que dejan libres las tarea escolares, ayuda a su padre en el cuidado de la majada. La niña en cambio, sólo monta ocasionalmente ya que debe ayudar a su madre en los quehaceres domésticos y en el cuidado de sus hermanos menores. Ella se ha criado viendo luchar a los hombres contra “las fuerzas ciegas de la naturaleza” y escuchando “los relatos de las frecuentes tragedias que tienen por teatro los torrentes y las cumbres”. Aprende de la virilidad escuchando los consejos de su padre, las expresiones enérgicas de la peonada, la hazaña de algún mozo “extrañudo”
Para ella la frase “los hombres han nacido para sufrir no es una queja ni una protesta, es una “incitación a la lucha de cara al peligro”.

 

La pampa tiene su ética

“Le llamamos aparte {al forastero} y le interrogamos con la autoridad que nos da a los patrones fronterizos el tutelaje consentido que ejercemos sobre todos los trabajadores del campo. El hombre venía ´del sur´ de ese vago sur patagónico que tanto puede ser la costa del Limay como las lejanías del Deseado”

Iba hacia Chile y llevaba ya veintidós días de marcha. De los once caballos con que Salió, sólo le quedaban dos. Necesitaba, a cualquier costo vadear el Kilca. Daba datos muy imprecisos que seguramente ocultaban “una de a pié” denunciada por una cicatriz peleando “fierro a fierro”
Iban quince días de lluvia y la tierra saturada de agua “ya no tragaba más”. Nunca hubiera podido cruzar, de no ser por el préstamo de aquel caballo” que Dios se lo conserve y se lo deje gozar”
Mientras lo ensillaba, alguien propuso que lo pague. “No hijo. Ese hombre no me llevará el caballo”
El forastero se aligeró de ropas, se puso el pañuelo como vincha, ató el poncho en los tientos y se acercó al grupo turbado de emoción: “Usted sirve a un criollo” La respuesta fue “así lo creo”
Minutos después hacía pie en la orilla opuesta. El forastero desmontó y el caballo regresó aguas arriba. Nunca se supo más de la suerte de aquel fugitivo.

 

Más temas

“Don Marcelino Paiva es un criollo porteño que llegó al territorio junto con las tropas nacionales que realizaron la conquista (…) a las tierras ganadas al indio, conoció el desierto a medida que éste íbase abriendo a la civilización. Historias de afincados alternan con relatos de travesuras, de cacerías accidentadas, de arreos complicados, de proezas y deberes, siempre ensalzando nobleza, tradición y pasado, reflejando “el amor que el escritor poseía adentrado en su ser y espíritu y que al dejar la urbe para prestigiar la campaña bebió ávidamente de la hermosa naturaleza, para volcar en sus producciones su alma sincera”

 

Ana Diamant

Este libro puede consultarse en la Sala Americana
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