Hallazgo

El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas.

No sólo se trata de encontrar el texto que ha quedado descansando, a la espera de una nueva consulta. También de regresar al que alguna vez ya fue interpelado a la luz de nuevas lecturas, otras preguntas, renovadas interpretaciones.

 

Instrucciones para escribir como corresponde

“La Caligrafía es el arte de escribir las letras con belleza, distinguiéndose por lo tanto de la Escritura en que no solo representa los sonidos orales con signos, sino que procura hacer de éstos agradables á la vista”

Hoy presentamos “Manual de Instrucciones para usar el Método de Caligrafía Inventiva” preparado por el Profesor Normal Andrés Ferreyra, Inspector técnico de Instrucción Primaria, publicado por la Compañía Sudamericana de Billetes de Banco, en Buenos Aires en 1891.
Andrés Ferreyra nació en 1865. Hizo su primera formación, muy joven en el Seminario Menor de la Ciudad de Buenos Aires que abandonó tempranamente para ingresar a la Escuela Normal en la que se graduará a los 20 años. Trabajó como maestro de escuela y director, profesor en colegios nacionales y a los 34 años es designado Inspector Técnico General por el Consejo Nacional de Educación. Escribió – además de poemas – libros de texto para escolares, entre ellos el destacado “El nene”, una verdadera innovación para su época.
Insistió en la importancia de la escritura y el dibujo como actividades creativas, nunca mecánicas y como instrumentos para el desarrollo intelectual.

 

Entre la escritura y la caligrafía

“La Escritura no precisa ser bella para satisfacer el fin directo que tiene de representar las ideas, - basta que sea inteligible (…) La Caligrafía, pues, pertenece al órden de las formas regulares, geométricas, al dibujo (…) es un instrumento de desarrollo intelectual, que será más ó menos fecundo según sea la aplicación metodológica que de este arte hagamos”

Todo lo que en la escuela se enseñe, tendrá por lo menos dos propósitos: desarrollar las facultades cognoscitivas y las productoras en el niño. También la caligrafía responderá a estos objetivos. Su regularidad será casi una manifestación de la regularidad matemática a la vez que “un fortificante ejercicio para la inteligencia” acompañando a la mano y la ojo en el trazado de las letras.
El ingreso de los niños a la escuela obliga a complementar las experiencias previas de contacto con la naturaleza, con el análisis de las formas y ejercicios que entrenen hábitos manuales.

 

Principios caligráficos

“La Caligrafía, como todo arte radica en principios científicos, y así como en el cuadro de un hábil pintor pueden determinarse con precisión los puntos de fuga y de distancia, el horizonte y la altura, la dirección y la intensidad de la luz (…) así también el arte de hacer bien las letras se somete á este análisis y se basa en principios determinables”

La belleza de las letras depende de la regularidad y la uniformidad y está íntimamente ligada a la facilitación de la lectura. Si fuese posible – aunque difícil – lectura y escritura debieran enseñarse juntas, acompañadas por buenas posturas corporales y buenas formas de colocar el papel y tomar el lápiz.
El esfuerzo óptico está condicionado por el tipo de letra, las angulosas demandan más esfuerzos que las redondas y son menos claras, así como las verticales respecto de las oblicuas.
También tiene incidencia el tiempo dedicado a la ejecución, la uniformidad dejando de lado alteraciones caprichosas y sobre todo la práctica de la “curva de la belleza”, elipse inclinada a 45 grados como base de toda escritura. Es aquí, en su construcción donde habrá que poner todos los esfuerzos para luego sumarle líneas auxiliares y formas generadoras.

 

Principios metodológicos

“La caligrafía (…) no tiene por único fin suministrar al alumno cierta habilidad de ejecución, sino también y principalmente despertar sus aptitudes mentales que existen como en estado de sueño y que se avivan y perfeccionan en su manera de funcionar por los ejercicios que el descubrimiento de la verdad les proporciona”

Para aprender, cada niños deberá ser un descubridor, tutelado por su maestro quien seleccionará los materiales que hagan desarrollar la inteligencia y que despierten la satisfacción personal por el éxito de los esfuerzos personales.
Será necesario seguir el método analítico – sintético, desarrollar la observación y la clasificación de lo visto teniendo en cuenta que las frases se componen de palabras, estas de sílabas y letras y estas últimas se componen por formas comunes a todas; todo lo opuesto al calco y a la copia automática, hincando lo empírico por sobre lo racional y lo práctico por sobre lo especulativo.

Ana Diamant

Este libro puede consultarse en la Sala Americana – SA 35 – 11 – 01, bajo el título de Varios

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