Hallazgo

El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas.

No sólo se trata de encontrar el texto que ha quedado descansando, a la espera de una nueva consulta. También de regresar al que alguna vez ya fue interpelado a la luz de nuevas lecturas, otras preguntas, renovadas interpretaciones.

 

Al futuro
   
Sólo se formará una humanidad más noble y más moral, cuando todos recibamos desde la infancia enseñanza sencillas y claras (…) inspirándonos un profundo sentimiento de responsabilidad hacia los deberes que nos esperan, é imponiéndonos con respeto á este asunto una gran severidad de pensamiento y de palabra”

Hoy presentamos el tomo I de “El siglo de los niños” de la pedagoga sueca Ellen Key, en versión española de Miguel Domenege Mir, editado en Barcelona en 1906 por la imprenta de Henrich y Cia.

Desde la familia

“Una transformación radical de las leyes sociales y de las ideas personales acerca de las cosas que en la vida tienen realmente valor, en virtud de la cual los jóvenes de veinte á treinta años tuviesen siempre medios para fundar una familia y supiesen contentarse con una modesta medianía, sería condición principalísima para una generación mejor…”

Con el paso del tiempo, irán avanzando los derechos de los niños y de los hijos. Y el primero será el de “no nacer de una unión discorde; y por todo esto debe ser libre la unión” con una profunda reflexión por parte de los padres aún antes de contraer matrimonio en relación a los sentimientos y a las responsabilidades sobre los hijos. No serán estos, con su existencia quienes diluyan los conflictos íntimos.
Tampoco será para ellos un problema que las mujeres prefieran la maternidad solitaria, como “el caso de una mujer ya no joven, que poco antes de su matrimonio, convencida de que la gran diferencia de caracteres y de ideas con su prometido sería causa de una unión desgraciada, renunció al matrimonio á pesar del nacimiento inminente de un hijo, que hoy educa tranquila y valerosamente, uniendo á las dichas de la maternidad y del trabajo el cumplimiento de los deberes filiales”

Lugar para las mujeres

“En pocos problemas de nuestra época es tan manifiesta é inconsciente la diferencia entre la teoría y la práctica como en el feminismo (…) un verdadero impulso liberador de las fuerzas vinculadas, de la individualidad circunscrita en la mujer y se ha convertido en un `ismo´, en una institución social con sus representaciones oficiales, en una doctrina con sus dogmas

Aún siendo la emancipación de la mujer el “ardiente deseo” de muchas mujeres, algunas facetas egoístas de este movimiento, fue causa para que muchas se alejaran.
Los debates producidos en el congreso feminista de 1899 en Londres enfrentó posiciones entre quienes consideraban  que las leyes de protección a la mujer derivaban de antiguas concepciones que transformaban derechos en privilegios y quienes reclamaban protección frente a situaciones discriminatorias.

También la cuestión de la maternidad como eje de la existencia femenina estuvo en cuestión, al incorporarse al debate la necesidad de trabajar, la modificación de la vida íntima, las influencias de la época y del ambiente y el anhelo de amor de las que “rehuyen y hasta temen a la maternidad”

Lugar para los niños

 “Sin duda alguna es preciso que los niños aprendan la obediencia y la obediencia absoluta (…) La desaprobación del educador es un medio eficaz, solamente cuando produce una tristeza en una atmósfera siempre serena”

Spencer, Rousseau y otros insisten en la necesidad de coordinar “las experiencias” en una serie lógica de impresiones destinadas á convertirse en hábitos que no admiten discusión” Para quienes no hayan sabido enseñar obediencia a niños caprichosos, este método no será útil. En esos casos no sirven las razones y “donde se crea necesario intervenir, hágase siempre de un modo inmediato, enérgico é inmutable”. Pero, siempre que se pueda, debe “hablárseles con dulzura para que aprendan á ser amables”.

Los niños necesitan “un trabajo bien regulado, obligaciones fijas, costumbres naturales y constantes, y ninguna vigilancia en las cosas que están en condiciones de realizar por ellos mismos”, sin quitarles responsabilidades que lleguen, por ejemplo a lleguen a extremos tales como que las madres “estudian, juegan, leen en voz alta (…) ponen en orden o que ellos desarreglan, recogen lo que tiran, acaban lo que han dejado de terminar (…) y con tal ternura mal entendida  destruyen la actividad y el talento. La constancia y la fantasía de los niños”

Lugar para la pedagogía y para los pedagogos

 “Otra equivocación de Rousseau, lo mismo que de Spencer, es la de haber dejado demasiada influencia educativa á las circunstancias, limitando con exceso la de la imaginación y del sentimiento”

El asilamiento que Rousseau reclama para su Emilio, sería peligroso para los niños, a la vez que demuestra no conocer la psicología infantil. Spencer, como discípulo suyo retomó algunas de estas consideraciones. En el campo de la educación – como en otros – cuando las ideas se reiteran, pareciera querer demostrar que están fundadas sobre “principios invariables como los matemáticos” dejando poco lugar a los descubrimientos, cuando en verdad “toda inteligencia equilibrada debe infaliblemente descubrir de nuevo, como por ejemplo las relaciones entre los ángulos de un triángulo”

Lugar para la psicología

    “La psicología infantil fué llamada después psicología genética, habiéndose descubierto que el principio de la biogénesis se refiere lo mismo a la evolución de la vida psíquica que á la vida física”

Admitir que “la psicología infantil es necesaria á la psicología general, como la embriología á la anatomía” explica por qué las mayores conquistas de la época están referidas a conquistas a favor de los niños. La aparición de estudios a favor de ellos y en relación a la educación, de experiencias de laboratorio colaboran en liberar a la casa y a la escuela “de aquellos prejuicios absurdos acerca de la vida y las necesidades de los niños, que hoy día son causa de gravísimos errores de toda clase, errores que padres y maestros inteligentes y concienzudos se atreven aún á llamar educación

Ana Diamant

Este libro puede consultarse en la Sala Americana – SA 40 – 05 - 31
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