IDEAS EDUCATIVAS

Presentamos “Ideas educativas” escritas por Rafael Castilla Moreno, maestro público y profesor normal y especial de sordo mudos y ciegos; editado por la librería de Tomás Boix en España en 1895.

Una estrategia verdaderamente innovadora

“Corramos presurosos á cumplir nuestro deber, no por miras de lucro, sino por amor á nuestros hermanos; enseñémoles lo que son y los que valen, para que así llegue un día en que termine el intrusismo en nuestra profesión. No temáis á nadie; porque tened entendido que sólo puede temer quien mal obra…”

Los destinatarios

“Maestros de primera enseñanza, no sólo por el propio bienestar, que esto es muy secundario, sino también para ver la manera de que España despierte del sueño de la ignorancia que la esclaviza y rebaja ante la consideración de las otras naciones cultas, para ver la manera de que la patria de Garcilazo, Cervantes y tantos otros á quienes debemos respeto y veneración, se eleve al nivel de conocimientos literarios y científicos de otros Estados hoy poderosos y ricos, cuyo poderío y riquezas se deben al caudal de instrucción de sus individuos”

Entre los problemas que acucian a la civilización moderna, y que deben ser resueltos concreta y prácticamente está el de la educación.
Como posibilidad de abordarlo, se destacan los aportes de la ciencia pedagógica para lograr “instrucción y moralidad”.
Se ha dicho que el hombre es lo que su educación y esto se prueba “en los presidios, donde un ochenta por ciento no (…) ha penetrado, en su juventud en los establecimientos de enseñanza, no han escuchado los deberes y derechos que todo individuo, como sér racional y libre tiene que cumplir”.
La misión regenerativa de la sociedad está encomendada a los maestros que si cumplieran con este cometido, sentirán además el goce de haber alcanzado su deber, devolver a la sociedad el “esplendor y virtud á que por su historia se hace merecedora”.

El propósito

“La educación es dulce como el susurro del céfiro que se desliza suave sobre una alfombra de flores y las mece mansamente, es pura como la primera mañana primaveral, es apetecible como el panal que está fabricado por las abejas que liban en todas las plantas (…) es hermosa como un cielo bordado de estrellas nunca empañadas (…) su ausencia es como una copa de lágrimas (…) un invierno crudo, yerto…”

La educación es un pasaporte a la libertad, al fortalecimiento de las “facultades físicas, intelectuales y morales, y de ahí que su influencia acompañe todas las vicisitudes de nuestra vida”.
Los pueblos educados son amantes del trabajo, por lo tanto los únicos que prosperan, mientras que los “perezosos, ignorantes, nada fecundo llevan á la obra progresiva de la humanidad” Los hombres tienen – todos – una misión que cumplir ala que sólo se llega de la mano de la educación que conduce a una vida llena de venturas.
Y la educación ha de ser moral e intelectual, del corazón y del espíritu, para el hombre y para la mujer, “porque de nada sirven los expléndidos ropajes de la forma, porque debajo de ellos está el cáncer del sensualismo”.

Las situaciones especiales

“… hemos observado cierto olvido por parte de los autores (…) que existen seres á los cuales les falta la vista y el oído, creemos conveniente coger la pluma para tratar, aún cuando sea someramente, de estos desdichados hermanos nuestros”

Para instruirse, el sordo mudo acudirá a recibir instrucción después de los siete años y luego de los tres primeros. Se utilizarán instrumentos y materiales que representen las palabras, las ideas, el idioma y las aplicaciones del idioma con su significación y su filosofía. El profesor buscará los medios de comunicación más apropiados como la lectura en los labios y la pronunciación para lo que deberá contar con “una colección de letras de mímica en que cada cuadro tenga dibujados los órganos visibles del aparato fonético puestos en la propicia y natural disposición al momento mismo de pronunciar la letra que se desea dar á conocer” Así como al sordo mudo se le enseñará por la intuición, al ciego “por el relieve, por el tacto y por el oído (…) del propio modo que con la raya y punto combinados se traduce la palabra en el telégrafo de Morse”.


La formación de los maestros

“El profesor (…) está obligado á dar una educación é instrucción completa á sus discípulos, luego también tiene el ineludible deber de estudiar esas disposiciones que les son tan naturales”

El maestro, para cumplir con sus fines debe estudiar las inclinaciones que se manifiestan en los niños, observarlo cuando lea en prosa o verso, advertir “si se afecta por el significado del fondo del escrito; que lo que ve con la imaginación lo quiere trasladar por medio de signos a al papel (…) si resuelve los más de los problemas por medio del cálculo”.
Con todos estos saberes podrán guiar a la niñez en el período más delicado del hombre “y de hacerlo así, tendréis satisfacción en el alma y alegría en el corazón”.

Ubicación: Este libro puede consultarse en la Sala Americana –SA 39 –4 –14

 

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