Hallazgos

El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas.
No sólo se trata de encontrar el texto que ha quedado descansando, a la espera de una nueva consulta. También de regresar al que alguna vez ya fue interpelado a la luz de nuevas lecturas, otras preguntas, renovadas interpretaciones.

 

Motivo del estudio

“Debo explicar cómo me he visto conducido a preocuparme de este interesante asunto, que puede parecer mas propio de un édico o de un psicólogo que de una persona sin diploma alguno, a los que juzguen de lijero las cosas. Considero doblemente útil esta esplicacion: contribuirá, a hacer mas claro el desarrollo de las ideas que voi a esponer, i hará que se me perdonene de antemano multitud de cuestiones…”

Hoy presentamos “Notas sobre niños anormales en los colejios”, escrita por Luis Ross, publicado en Santiago de Chile en 1907 por la casa editora de los hermanos Ponce.

 

Una de las “patologías”

“Llevado por no sé qué particular idiosincrasia al estudio de las anormalidades, en todo orden de fenómenos; fui, como era de presumir, conducido a interesarme por la criminalidad”

Los criminalistas modernos han recorrido una gran diversidad de disciplinas, tanto en sus resultados como en sus bases técnicas, sistematizando mucho material, pero, “mi curiosidad ha sido i continúa siendo, en este terreno, la criminalidad infantil” y es allí donde debiera aplicarse toda la energía para la prevención social ya que la delincuencia juvenil es el anticipo de la adulta. Ocuparse de los niños criminales tiene razones económicas y morales para la sociedad. “Las sociedades que se ocupan del niño, i sobre todo del niño criminal o dejenerado, se elevan al mas alto grado de cultura i de riqueza. Pero, hai que ocuparse de él con previsora, con ilustrada solicitud”

 

La criminalidad infantil

“La Escuela Correccional de Niños, la Oficina de identificación Antropométrica de la Policía santiaguina, las crónicas de los periódicos i la observación de alumnos, propios i ajenos, me han proporcionado sujetos i materiales de observación”

Es una preocupación demostrada para muchos países el crecimiento alarmante de la cifra de jóvenes delincuentes. “Ya no es la vagancia la que provoca el arresto de niños: cometen estos i con frecuencia suma, toda clase de delitos” y desórdenes públicos, en situaciones de ebriedad, participando de hurtos, juegos prohibidos y pendencias, ultrajando las buenas costumbres. “Los robos en la casa paterna i en la escuela son innumerables”
Son dos los fenómenos que se presentan con claridad: “el desplazamiento de la criminalidad desde los adultos hácia los niños” y el crecimiento anual de niños delincuentes.

 

Identificación del niño criminal

“Para llegar a un estudio mas o menos revelador sobre la criminalidad infantil, es preciso construir, en lo posible, la biografía de cada niño”

No hay dato que resulte irrelevante o indiferente: la fotografía, la edad, los delitos cometidos, las medidas antropométricas, las observaciones de conducta, el pasaje por la escuela, “allí las primeras relaciones de anormalidades que anunciaban al criminal prematuro o al eterno inadaptable a la vida normal”. Eran, generalmente “eternos perturbadores de la disciplina, reñidores, mui activos o muy perezosos (…) faltaban siempre a la escuela (…) en sus fotografías i en sus mediciones antropométricas, revelas claramente estigmas físicos de dejeneración”

 

Diagnóstico en la escuela

“… el examen médico i pedagójico se impone previamente. Todo alumno debiera tener su hoja biolójica con la que se formaría una especia de casillero escolar. Esta hoja sería como una biografía, un estudio de la personalidad integral del niño”

El docente no puede a veces distinguir entre ”el perezoso, inatento, atrasado e indisciplinado morboso, i el que tenga estas características por efecto, simplemente de no haberle aplicado un conveniente sistema pedagójico” teniendo en cuenta además que siendo muy variadas las causas del atraso mental, no se podría entregar a todos a un mismo y uniforme método. En la escuela se encuentran asténicos “por una disminución de la actividad, por la depresión, por la apatía morbosa”, epilépticos “verdaderas crisis paroxísiticas; pero tan breves i confusas que pasan desapercibidas (…) formas larvadas i los equivalentes psíquicos que reemplazan al ataque clásico”, histéricos que “aprenden fácilmente pero olvidan mui lijero porque son atolondrados i es difícil hacerles fijar la atención (…) comediante por instinto. La mentira i la disimulación son para él cosas naturalísimas” y los estados intermedios o subnormales.
Mantenerlos en la escuela exige una reforma, que incluya en la formación de los maestros “una asignatura de psicología esperimental (…) i así iría formándose personal apto para dedicarse a “profesores de educación especial para anormales”

Ana Diamant

Este libro puede consultarse en la Sala Americana

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