Hallazgos

El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas.
No sólo se trata de encontrar el texto que ha quedado descansando, a la espera de una nueva consulta. También de regresar al que alguna vez ya fue interpelado a la luz de nuevas lecturas, otras preguntas, renovadas interpretaciones.

 

Fundamento

“Considero este interesante trabajo del ilustrado director de la Escuela Nacional N° 364, más que oportuno, de un indiscutido interés moral en estos momentos. Si los maestros han podido ganar alguna vez guerras inculcando odios, tiempo es ya de que nos propongamos ganar la paz, inculcando – como supremo deber – el amor al prójimo, sin fronteras de ninguna especie (…) Lean los maestros argentinos este meritorio trabajo, mediten y dispónganse a la acción en beneficio del país”

Hoy presentamos “Los maestros de la paz”, escrita por Hernando Molinari, con un juicio crítico del Director de la Escuela Normal Mixta de Goya, Osiris González, publicada en Goya, Corrientes en 1932 y dedicada por el autor “al gran maestro de la paz, Pablo A. Pizzurno”

 

Llamamiento

“Al Magisterio de mi Patria, para que are hondo en el alma del niño y siembre profundo simientes de valor, de concordia y de respeto”

La gran guerra dejó sus marcas elocuentes de lo que significan sus secuelas y las derrotas. Con esas imágenes, cada vez son más las personas que se inclinan al pacifismo sincero. “Así lo han comprendido todas las religiones, al apoderarse del niño desde su cuna y al defender con todos sus poderes el derecho a educarlo” sabiendo que las sociedades y los tratados podrán resultar efímeros, pero, que la escuela seguirá siendo la única institución que transformará el carácter de la humanidad.

 

Tarea

“¿Cómo comenzar? Estudiando y acumulando una gran cultura que tenga sus raíces en la naturaleza”

Para ello es necesario despertar en el niño, la conciencia, “llenar el vacío de la mente infantil con sanas ideas de paz” y luego “dejar el campo libre para que florezca toda clase de vegetación”, con la indispensable ilustración por parte del maestro, “autoridad moral que atraiga las miradas del mundo y pueda así influir en su medio, sobre el niño así como sobre el gobernante”
El maestro será quien enseñe al niño “el patriotismo y su defensa sin brillo y sin opacidad. El brillo es peligroso porque lleva a la ceguera de la guerra y la opacidad es perjudicial por implicar el relajamiento de la enseñanza civil y ciudadana.

Ana Diamant

Este libro puede consultarse en la Sala Americana

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