Hallazgos

El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas.
No sólo se trata de encontrar el texto que ha quedado descansando, a la espera de una nueva consulta. También de regresar al que alguna vez ya fue interpelado a la luz de nuevas lecturas, otras preguntas, renovadas interpretaciones.

 

Un lugar para la diferencia

“Nuestro país no ha podido, por lo tanto, incorporarse á ese movimiento general de simpatía en favor de la instrucción de los ciegos, que hace más de un siglo preocupa é interesa vivamente á la matoría de las naciones extrangeras, las que hoy día tienen muchísimas instituciones de diferente género, destinadas á la cultura general de esta clase de niños infelices”

Hoy presentamos “Memoria sobre enseñanza de ciegos y proyecto de organización de un primer Instituto nacional”, elaborada por el profesor Ulises J. Codino, publicada en 1903 y presentada al Sr. Ministro de Justicia e Instrucción Pública Dr. Juan R. Fernández en 1902.

 

La ceguera y la instrucción

“Estas enfermedades clasificadas como conjurables, por medio de un tratamiento apropiado, disminuirían sus efectos una vez que se las combatiera convenientemente, con lo que se habría obtenido según dice el Dr. Daumas, una victoria, sólo comparabñe al descubrimiento de Jenner; pués ese día, el número de ciegos habría disminuido en un 80%”

Al momento de la elaboración de este informe, alrededor de 1000 de los 3526 ciegos ubicados en el territorio del país estarían “aptos para ir a la escuela y que necesitan ser instruidos” junto a los niños de edad escolar considerados normales, de acuerdo a lo establecido en la legislación vigente. “La Ley de Educación Común, al hablar de la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza, establece como única restricción, la condición de edad y dice:´que todos los niños comprendidos entre los 6 y 14 años tienen derecho á ella´ pero no hace prohibición ninguna respecto de los ciegos, lo que quiere decir que éstos, encontrándose con la capacidad requerida para la enseñanza, pueden también colocarse al amparo de esta ley”

 

La preocupación por la escolarización de los ciegos

“En medio de tan triste situación creada á nuestros ciegos, consuela de veras que no hayan sido totalmente olvidados y que alguna vez alguien se ocupara de ellos para recordar una indiferencia ó señalar una necesidad tanto tiempo reclamada por una causa de humanidad y de justicia”

El Congreso Pedagógico Internacional, en 1882, votó una resolución que dice que” cualquiera que sea el número de ciegos y sordo-mudos, exige una atención especial de los gobiernos hacia el fomento de los institutos existentes y la creación de otros, tendientes á la educación de estos seres desgraciados y á la formación de maestros especiales para ellos”
En 1900, el Congreso Pedagógico Argentino, por su parte, sancionó una declaración, acogida por unanimidad, que propuso que “la enseñanza primaria de los ciegos y sordo-mudos debe ser obligatoria y gratuita”
A su tiempo, el ministro Magnasco, comisionó “a la distinguida Dra. Cecilia Grierson, para estudiar en Europa esta enseñanza especial, misión que fue cumplida con éxito” y de la cual se dio cuenta en el boletín oficial.
También es “oportuno recordar la iniciativa privada del “distinguido médico Dr. Coni, autor de la reorganización de nuestro Instituto Nacional de Sordo – mudos y fundador del Patronato de la Infancia”
En la práctica, “apareció primero una pequeña sección para ambos sexos, anexa al Asilo de Huérfanos” con una matrícula de entre 20 y 30 alumnos por año y una iniciativa privada con subvención nacional que atiende a 8 niños.

 

La enseñanza a los ciegos

“En general todos los institutos de ciegos comprenden en su plan de estudios las mismas asignaturas de la escuela común, salvo naturalmente, aquellas que no pueden ser accesibles (…) como el dibujo en sus diferentes formas, la caligrafía y las ideas de luz y color”

Leer y escribir es “para todos los individuos un importante elemento de instrucción” pero, para los ciegos, la adquisición de este conocimiento “se revela en una forma más entusiasta porque están poseidos de un gran amor por el estudio”, más que “una necesidad, es un placer para los ciegos entregarse á la lectura”
Aparecieron diversos sistemas en relieve, con letras romanas mayúsculas, con caracteres mixtos, con líneas formadas por puntos, hasta que Luis Braile, ciego, ex alumno de la Institutción Nacional de París, formado con el método de Barbier – 36 signos que representaban sonidos y articulaciones – “logró simplificarlo y adaptarlo admirablemente para la enseñanza”
Para resolver problemas de matemática “se emplean planchas de cálculo como la de Sanderson – profesor ciego de la Universidad de Cambridge – consistente en una pieza metálica “perforada, en la que se colocaban alfileres que representaban los diversos números, según la posición que ocupasen”
La geografía es enseñada con los “mapas hechos por la Asociación British and Foreing Blind, que obedecen al principio de distinguir la tierra del agua, colocando ésta á un nivel más bajo”

 

La organización de un instituto nacional

“ Visto la cantidad de ciegos que tiene el país y los que,por cálculo razonable se encuentran comprendidos en una edad escolar (…) corresponde, por deber y por justicia, pensar en la creación de un primer Instituto Nacional de Ciegos, que a la par que dé enseñanza al mayor número de ellos, forme maestros y sirva de modelo para los que le sucedan”

Por “la constitución física muy pobre, como una consecuencia de la inmovilidad” el edificio escolar debiera ubicarse en el campo, cerca de la Capital Federal, en un predio que permita construir una casa amplia y con grandes extensiones de terreno. Convendría que contara con departamentos separados para varones y para mujeres. El plan de estudios debería contemplar “un sistema gradual y completo [con] juegos y ocupaciones froebelianas,; gimnasia y canto; lecciones de cosas; lectura y escritura Braile; cálculo mental (…) escritura Ballú; escritura con lápiz; empleo de máquinas de escribir (…) trabajo industrial”
Los docentes a cargo “hasta que el país no haya logrado formar maestros especiales” deberán ser seleccionados “entre aquellos que ya posean, por lo menos, el diploma de Maestro Normal”

Ana Diamant

Este libro puede consultarse en la Sala Americana

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