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Lavalle no se detiene. Son apenas las 10 de la mañana y los autos circulan sin descanso en las calles que rodean el edificio de Tribunales. Mientras tanto, la poetisa Ana Becciu, quien fue amiga personal de Alejandra Pizarnik y, además, la acompañó durante los últimos cuatro años de su vida, regala a la BNM una porción del mundo de esta escritora de proyección internacional.“Alejandra pasaba casi todo su tiempo leyendo y escribiendo. Mantenía una relación íntima con cada uno de los libros de su biblioteca”, comenta Becciu, al tiempo que entrega como legado a la BNM parte de la colección personal de Pizarnik que incluye, entre otros, ejemplares de la revista Sur; publicaciones de poesías y Patafísica en francés así como libros de autores clásicos y surrealistas con grabados y dibujos originales.

“Luego de su muerte, el 25 de septiembre de 1972, su mamá me ofreció que eligiera de su biblioteca todo lo que me interesara de poesía y literatura”, explica. Así fue que lo guardó, a pesar del exilio que llegó algunos años después, hasta ahora que decidió cederlos a la BNM.

“Hay mucho material marcado. Considero que es una manera de ver qué leía y cómo lo hacía. Sirve para comprender qué tipos de lecturas tenía”, relata y luego agrega: “Para ella la lectura no se agotaba en el mero acto, copiaba fragmentos, frases, poemas, que habían atraído su atención. Existen varios cuadernos del género, lo que demuestra que comenzó esa práctica desde la adolescencia”.

Quizás, sin proponérselo demasiado, su letra pequeña, casi minúscula, se ha convertido en un sendero que invita a sumergirse en su universo literario y explorar los intrincables laberintos de sus deseos, temores, inquietudes e intereses. Descubrir sus notas al margen es ingresar en su intimidad, en aquellos pensamientos surgidos espontáneamente en el momento del encuentro con una palabra, una frase o una idea disparadora.

También es posible disfrutar del afecto manifestado por otros artistas. Es el caso de Antonio Porchia quien, el 22 de mayo de 1957, en la primera página de su libro Voces le dedicaba en tinta azul: “A mi amiga Alejandra Pizarnik como un pequeño homenaje a su labor literaria tan humana y tan poetisa, con todo mi afecto”.

”Ella tenía un gran sentido del humor y era muy generosa, especialmente, con los jóvenes poetas que se le acercaban. Leía sus libros, sus manuscritos, les aconsejaba y a veces intervenía para que fueran publicados. Una vez, por ejemplo, me robó unos poemas y sin consultarme los publicó para que yo perdiera el miedo a hacerlo. Era solidaria con sus amigos escritores. No recuerdo haberla oído hablar mal de nadie, o hacerse eco de murmuraciones en relación con otros artistas e intelectuales”, explica Becciu.

Los libros donados a la BNM permitirán este como muchos otros acercamientos a sus infinitos mundos.

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Libros de Alejandra Pizarnik en la BNM 

Guadalupe Gómez

4 pensamientos en “Viaje al corazón de Pizarnik”

  1. ¡Muy buena noticia! Al menos sus textos estarán a salvo. Me alegra que Ana Becciu los haya dejado allí.
    Saludos y gracias por esta página!

  2. Buenas tardes
    La verdad es que la noticia me pone muy contenta porque se que los libros de Alejandra estarán bien custodiados.
    Me preguntaba si los mismos estarán disponibles para su consulta, en que momento, y si hay que solicitar permiso para hacerlo.
    Cariños

    Bibl. Fabiana Salerno

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