Saltar al contenido principal

La Biblioteca Nacional de Maestros ha integrado a sus espacios digitales un Banco de imágenes, que está formado por imágenes digitalizadas de libros que pertenecen a sus colecciones históricas o su Tesoro,  en esta oportunidad: La Bota de Potro. El material se encuentra disponible en la página web de la BNM para su uso áulico o para su utilización en otras actividades de investigación siempre que se mencione el origen de su procedencia. Para su mejor difusión, hemos decidido informar mensualmente de las nuevas incorporaciones.

En esta oportunidad se ha incorporado una serie de imágenes correspondientes a la obra: La Bota de Potro por Robert Lehmann – Nitsche, publicado en el Boletín de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, tomo XXI, páginas 179-301, publicado en el año 1915.  Dentro del folklore argentino se le dedicó un capítulo especial a la bota de potro como una de las prendas más interesantes del traje gauchesco.

 

“Extremidad posterior de un caballo y pierna humana; la parte del cuero equino que va desde <a> para abajo, se llama <bota>; se la calza de tal modo que <a> corresponde a <a>, <b> a <b> y <c> a <c>.”

“El domador José Raposi, de General Alvear (provincia de Buenos Aires) en traje de gaucho, con chiripá, calzones cribados y botas de potro.”

La obra cuenta con un trabajo de investigación sobre el tema, proceder análogo y  estudios sistemáticos sobre el traje popular argentino. El calzado rústico es el que recibe el nombre de bota de potro, realizadas con cuero crudo. Originalmente el cuero utilizado correspondía a un equino, luego se comenzaron a confeccionar con cuero bovino por lo cual recibieron el nombre de botas de vaca. El nombre bota viene dado por la parte del muslo que se extiende hasta el garrón, referente a animales caballares y bovinos, como se puede ver en la primera imagen.

Como se explica, la bota es un calzado de poca duración, tan solo algunos meses con los cuidados que requiere. En otros tiempos se mató a los animales sólo con el fin de sacarles las botas, dejando el resto del cuerpo con carne y cuero. Lo cual motivó que que el Cabildo de Montevideo, en el año 1785 prohibiera el uso de la bota de vaca, dado que se sacrificaba al ganado a fin de proporcionar a la gente de este abrigo primitivo para pies y piernas.

El autor declara que la bota de potro está condenada a desaparecer del todo con el paso del tiempo, solo se puede ver en forma excepcional en algunas provincias como Corrientes o  La Pampa. En las obras teatrales que cuentan con personajes gauchescos, los denominados héroes campestres, reemplazan la bota de potro por botas altas de cuero curtido y tipo militar que facilita el poder mantenerse firme sobre el caballo.

 

En la imagen se pueden ver dos modelos tradicionales de botas  griegas.

 

La imagen muestra dos modelos del calzado tradicional griego.

Otros dos modelos de botas griegas.

Son sumamente interesantes los datos que se relevan como referencias dentro de la literatura. Entre ellos un artículo de Isidoro De-María que se refiere al uso de la bota de potro en el año 1785, publicado en Tradiciones y recuerdos. Las observaciones del naturalista Félix de Azara correspondientes al siglo XVIII, en su obra Descripción e historia del Paraguay y del Río de La Plata, donde manifiesta que los gauchos “llevan también  botas de medio pie, sacadas de una pieza de la piel de pierna de potros o terneras, sirviéndoles la corva para talón”.

Otro testimonio llega de la mano del poeta Hilario Ascasubi, en un párrafo de su obra relata que la bota de potro, es un calzado que debe ser repasado (sobado) en forma diaria para no perder su suavidad. Ascasubi decía en su poesía:

”                 …lerdón

Vega anduvo al levantarse;

De modo que al recordarse

Bostezando, un cimarrón

Tomó al dir a persignarse

Y al punto que sus devotas

Oraciones concluyó,

Todo se  desperezó,

Y entre sobando las botas

Al fogón enderezó.”

 

Ilustración de la bota de un caballero alemán en el siglo XVI.

Modelo de bota del siglo XVI-XVII.

El estudio sobre la bota de potro es el disparador de un recorrido histórico del calzado que nos remite a los antiguos griegos que como primer calzado usaron las sandalias, tanto hombres como mujeres, luego llegó un calzado alto que se extendía hasta la pantorrilla, cerrado y abotonado sin tacos, generalmente usados durante la caza y para los trabajos campestres. Las primeras botas griegas tenían suelas gruesas y en su variedad contaban con cierta elegancia, decoradas con lengüetas dentiformes que colgaban desde el borde superior.

La bota entera se ataba debajo de la rodilla con una liga, se podía agregar otras ligas para sostenerla a la pierna o bien usar un sistema de cordones-tiento para fijarla. Con el tiempo se da paso a la semi-bota de caña corta, con un borde elegante, una marcada incisión lateral y con una lengüeta anterior que pende coquetamente hacia abajo.

Los cambios continúan con los antiguos romanos, godos y lombardos hasta llegar a la edad media, donde la bota también fue protagonista. En la edad media la suela es doble y las diferentes partes se cosen de pedazos independientes, el embudo superior es aprovechado para ornamentación artística y llega a su máximo desarrollo en la guerra de los Treinta años.

“La bota desaparece en el mundo antiguo al fin del siglo XVI, justamente en la época en la cual fué trasladada, por los conquistadores a América.”

 

Modelo de bota del siglo XVIII.

Ilustración de un típico modelo de bota del siglo XVII-XVIII.

 

Actividades para el aula


Las  imágenes pueden ser impresas, ya que tienen muy buena calidad, y se pueden usar para ilustrar carteleras, colorearlas, armar tarjetas y también armar  juegos de memoria, rompecabezas o un divertido dominó.

Se propone que los alumnos investiguen sobre la historia de calzado y que en grupos de no más de cuatro integrantes tomen una etapa diferente, de la cual podrán elaborar una lámina con ilustraciones y los datos más relevantes para compartir con sus compañeros.

Para los más curiosos la propuesta es elaborar una serie de cinco preguntas que le luego le harán a varias personas para preguntar por ejemplo qué tipo de calzado usa, por qué lo elije, qué beneficios tiene su calzado en comparación con otros, cuáles son los distintos estilos o modelos que elige para diferentes situaciones. Con los resultados podrán elaborar un informe donde plasmen sus propias conclusiones sobre los usos del calzado en la actualidad.

Los más creativos también tienen una alternativa realizar su propio calzado previa visita a la zapatería y al zapatero del barrio que les cuente cuáles son los materiales y los procedimientos de elaboración. Con ayuda de los profesores de las materias artísticas podrán elaborar un proyecto tanto de calzado para el uso real como también el armado de maquetas de prototipos de calzados imposibles que resulten pequeñas esculturas que se pueden exhibir en una muestra colectiva. Para esta actividad también pueden entrar en contacto con los diseñadores de calzados para las puestas teatrales que tienen un vasto conocimiento histórico sobre los zapatos a través del tiempo como es el caso de Dozo del Teatro San Martín admirado y reconocido por su labor, dado que cada una de sus piezas un obras de arte.

 

 

Fuentes consultadas:

– Lehmann Nitsche, La bota de potro. Buenos Aires : Imprenta de Coni Hermanos, 1916. Disponible en la Biblioteca Nacional de Maestros solo para investigadores.

– Kabat, Marina. Del taller a la fábrica: proceso de trabajo, industria y clase obrera en la rama del calzado. Buenos Aires 1870-1940. Disponible en la Biblioteca Nacional de Maestros solo para investigadores.

-Cámara de la Industria del Calzado. La industria argentina del calzado: publicación editada por la Cámara de la Industria del Calzado. Buenos Aires, 1927. Disponible en la Biblioteca Nacional de Maestros solo para investigadores.

 

Comentá esta noticia

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.