Saltar al contenido principal

Isaac Asimov y los sistemas de clasificación bibliotecológica

Isaak Asimov

La clasificación es una rama técnica de la bibliotecología que busca asignar una identificación temática a un documento. Así, el contenido del documento se traduce a los términos de un lenguaje distinto, siendo los más difundidos en los centros de información de todo el mundo la Clasificación Decimal de Dewey y la Clasificación Decimal Universal.

Son sistemas jerárquicos que dividen el conocimiento en 10 clases y luego aplican sucesivas subdivisiones hasta llegar a los temas más específicos. Dentro de la Clasificación Decimal de Dewey, todo el conocimiento humano se divide en diez grandes categorías:
0: Obras generales
1: Filosofía
2: Religión
3: Ciencias Sociales
4: Lengua
5: Ciencias naturales y matemáticas
6: Ciencias aplicadas
7: Arte y deporte
8: Literatura
9: Geografía e historia

A pesar de que la propuesta de Dewey tiene sus inicios en 1876, su sistema probó ser extraordinariamente sólido. Su capacidad de síntesis es práctica para ubicar los libros en un estante y permitir, así, la consulta de los lectores en estantería abierta. Si bien el asignar la materia a un documento siempre implica un grado de subjetividad por parte de la lectura que propone el bibliotecario, existe consenso en que sólo hay un autor que consiguió escribir libros que entren en, al menos, nueve de las diez categorías. Su nombre es Isaac Asimov.

Principalmente conocido por sus obras de Ciencia Ficción, Asimov es considerado, junto a Robert A. Heinlein y Arthur C. Clarke, uno de los “tres grandes” del género. Nacido en la Unión Soviética el 2 de enero de 1920 y licenciado en Químicas, Ciencias, Artes, además de Doctorados en Filosofía (única materia sobre la que no habría escrito según la Clasificación de Dewey) y Bioquímica, Asimov escribió más de 500 volúmenes que incluyen ensayos científicos, históricos, sociales, religiosos, de crítica literaria, humorísticos (su Tesoro del humor recopila 640 chistes, anécdotas y limericks con anotaciones precisas de cómo contarlos), arte, idiomas y tres autobiografías. Algunas palabras, como el término “robótica” para designar la rama que hace confluir la ingeniería mecánica, eléctrica y la computación entre otras son creaciones de este autor. Sus ficcionales “tres leyes de la robótica” siguen siendo un parámetro que se tiene en cuenta para el uso ético de la inteligencia artificial.
Sus últimos libros se esforzaron por coordinar sus escritos anteriores en una gran saga que tiene, como nave insignia, Fundación.

Las novelas de este autor abundan en diálogos y contrapuntos de ideas que llenan de preguntas sobre la condición del hombre en el universo. Asimov tiene un marcado optimismo en el progreso que devendrá de un uso racional de la tecnología y alma docente para divulgar el conocimiento. Su figura universalista nos contagia el amor por la sabiduría.  Un 6 de abril de 1992, Isaac Asimov dio descanso a su máquina de escribir. Nos queda su legado, obras que nos permiten seguir viajando a lugares remotos.

El único aspecto mío que considero lo suficientemente severo como para necesitar tratamiento psicoanalítico es mi compulsión por la escritura…mi idea de un momento placentero es subir al ático, sentarme en mi máquina de escribir eléctrica (como lo hago ahora) y golpear las teclas, viendo las palabras tomar formas mágicas ante mis ojos. (Asimov, 1969)

Te invitamos a consultar las obras de Isaac Asimov disponibles en nuestro catálogo y biblioteca digital

Comentá esta noticia

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.