El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas. No sólo se trata de encontrar el texto que ha quedado descansando, a la espera de una nueva consulta. También de regresar al que alguna vez ya fue interpelado a la luz de nuevas lecturas, otras preguntas, renovadas interpretaciones.
De quién se trata “La palabra débil, si se generaliza, puede comprender todos los niños anormales: los de organización física deficiente y los individuos de facultades psíquicas incompletas. Estos últimos, aunque débiles también, no son sin embargo a quienes nos referimos, y los retardados como se llama á los pedagógicamente fuera de su tiempo por defecto, no constituyen nuestro propósito en este trabajo”.
Hoy presentamos “El niño débil y la escuela. La copa de leche escolar” comunicación presentada al III Congreso Médico Latinoamericano, reunido en Montevideo del 17 al 24 de marzo de 1907. Fue elaborada por el Dr. Genaro Sisito, ex jefe de Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y vocal del C. M. Escolar de la Capital y publicada el mismo año por Argentina Médica – Agustín Etchepareborda Editor.
Más precisiones sobre esos niños “… los niños aquellos que, sin dejar de poseer inteligencia normal y á veces superior, son, por haber recibido educación defectuosa ó por falta de dirección oportuna, inquietos, rebeldes y perturban el regular funcionamiento de las clases (…) En el segundo grupo entran aquellos niños cuyo poder intelectual es inferior al término medio normal. Son los fronterizos, los que están próximos al vicio y á la locura, los vencidos de mañana y los futuros pensionistas de las cárceles y de los manicomios”
Los primeros, requieren una educación especial, pensada por parte de autoridades y docentes “pues de allí es de dónde saldrán los demagogos, los anarquistas y las diversas clases de desequilibrados é ingobernables que constituyen un peligro para el orden social”. Los otros, constituyen “niños anémicos, adelgazados, incapaces de un esfuerzo físico un tanto prolongado, que se marean, que se duermen fácilmente (…) niños pequeños de estatura y de peso disminuido en relación á su edad” Unos y otros suelen padecer “vacíos é imperfecciones de la alimentación” . Para ellos, existe una forma fácil y práctica de reparación, que es la copa de leche.
Y más precisiones sobre la distribución de la copa de leche.
“Debe exigirse á las asociaciones que se funden con el fin indicado, que la leche sea suministrada por establecimientos. La leche que se preste a cada escuela, deberá ser envasada en tarros de hierro galvanizado, esterilizados, provistos de cierres, con limpieza facilitada, evitando “junturas, con cuya permanencia se producirían fermentaciones siempre nocivas á la salud”.
Cuando la leche se sirva, la copa deberá ser lo más lisa posible, de vidrio, aluminio o enlozada. Su limpieza será con agua, jabón y mucho enjuague, dejándolas escurrir boca abajo, para que no se depositen sustancias nocivas y cuidando que los bordes no se toquen.El momento de distribuirla, deberá contemplar por lo menos tres horas desde la última ingesta, que coincide con el segundo recreo. Suministrarla antes “corre el riesgo de provocar alteraciones de orden digestivo, interrumpiendo una digestión que se está realizando”.
Estos cuidados que dejará tranquilo al higienista más exigente, difícilmente puedan tomarse en las casas de familia. Y al interior de la escuela, además de transformarse en un factor de robustecimiento orgánico, es un modo de poner en acto el “sentimiento humano”.
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Ana Diamant
Este libro puede consultarse en la Sala Americana – SA 9 –1 – 16, bajo el rótulo VariosLa versión digitalizada en texto completo se encuentra en www.bnm.me.gov.ar/e-recursos/medar