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Belén Torras: “Convidar libros es lo más democrático del universo”

La capacitación “Te lo cuento con mi voz. Estrategias para la lectura”, a cargo de la narradora Belén Torras, se llevó adelante el 16 de diciembre de manera virtual y fue dirigido a bibliotecarias/os y mediadores de lectura de todo el país.

Torras brindó herramientas para trabajar la narración literaria, apoyada en ejemplos de literatura infantil y juvenil de todos los tiempos. “Nuestra tarea como bibliotecarios es siempre facilitar el acceso a la literatura y a los libros. Nosotros siempre estamos en el tránsito de la lectura, quien no accedió nunca se puede sentir abrumado porque no sabe por dónde empezar”, resaltó.

Asimismo, la directora de la BNM, Laura Palomino, destacó: “Hay que sacar tiempo de alguna parte para poder promocionar la lectura. Para que sea potente y fructífera tiene que estar delante del otro y para el otro. Y también, aunque se tengan pocos recursos, el espacio de lectura tiene que ser acogedor”. Y, finalizando su intervención, agregó que “el libro es un objeto que tiene la importancia de lo que dice, por eso es tan necesaria su circulación y su préstamo, para que lo use quienes no pueden tenerlo al alcance”.

Durante el taller,  la narradora diferenció la lectura en voz alta, la oralidad y la narración. “En las tres está la voz como elemento fundamental. La oralidad es aquello que practicamos desde la infancia. Es una de las prácticas más habituales. Está atravesada por la cotidianidad y ha reforzado la memoria. Hay un montón de cosas que decimos de memoria, por ejemplo, los refranes, cosas que contaban las abuelas y nosotros repetimos. Eso que ha sido contado, nunca leído “, continuó.

Sobre la lectura en voz alta, destacó: “Es una práctica preciosa, siempre y cuando se elija el libro acertado, esté clara la lectura que voy a hacer y pueda entenderse a simple vuelo de oreja. Hay hermosas historias que están atrapadas en un lomo, una tapa y una contratapa. El libro es un objeto de deseo. La lectura siempre es un acto intimista, una relación del lector con el libro”.

Ante bibliotecarias y bibliotecarios de todo el país, la especialista en literatura infantil juvenil expuso cómo texto e imagen pueden ser leídos y cómo confluyen en la obra literaria. Al respecto mencionó: “Cuentos al cuadrado es un libro que sostiene toda la historia en cuatro dibujos. Es un ejemplo de que para toda narración hay que tener una imagen. Lo que hacemos es contar aquello que vemos. Si nosotros vemos lo que contamos, el que escucha también lo ve”. Otro ejemplo citado fue el cuento Bárbaro: “un libro silencioso que no tiene ni una sola palabra, el relato se construye inicial y finalmente en la cabeza del lector. No admite ser contado, tiene que ser leído “.

El libro como puente de comunicación, la maldad, la muerte, las cosas  de las que no se habla, las malas palabras, las antiprincesas, los modelos hegemónicos, las distintas versiones de los clásicos fueron algunos temas que Torras desarrolló acompañando la teoría con narraciones de distintos cuentos. “La literatura no es utilitaria, la literatura es literatura. No tiene un deber ser, la literatura está para ser disfrutada. La literatura utilitaria se vuelve instrumental y no es para leerse”, finalizó.

Algunos de los libros citados durante la capacitación fueron Cicatrices, Cuentos ridículos, La misión a palo 1, Secretos en un dedal, Un huipil para la muerte, El tiempo de mi casa, Las cosas que odio y otras exageraciones, Mal día para ser malas, Dos Alas, Boca Sucia, Tucán, Nanas de la cebolla, Salvaje, Zizosaurio, Camino a Casa, La princesas también se tiran pedos, La Mosca, El Pollo Pepe, Malena ballena, Historia de dragón y la princesa, Hada desencantada, entre otros títulos.