El 27 de enero de 1851 nacieron dos autores notables de nuestra literatura: Miguel Cané y Rafael Obligado. Los temas que abordaron y sus estilos fueron diferentes, pero ambos nos legaron textos emblemáticos que fueron y son leídos, una y otra vez: Juvenilia y Santos Vega.
Juvenilia, obra biográfica en la que Cané relata sus años de estudiante en el Colegio Nacional Buenos Aires, ha sido prologada e ilustrada por reconocidas figuras de las letras y las artes, como Germán Berdiales y Raúl Soldi. En esta ocasión, invitamos a recorrer las páginas de Juvenilia, prologada por Horacio Ramos Mejía y editada en Buenos Aires por la Administración General Casa Vaccaro, en 1919. Ramos Mejía expresa en el prólogo:
«Es contraproducente hablar de los recuerdos. Ellos, como el cariño, como el amor, no se analizan, sino que se sienten. El que esto escribe, ha gustado con delicia las páginas suavemente melancólicas de Juvenilia, escritas en una sencillez de estilo que no es una de sus menores cualidades. Muchos debemos a ese alto espíritu una hora íntima, proporcionada por ese libro delicioso. De pocos escritores, y más si ellos son argentinos, podríase decir tal cosa, y este es el mejor elogio a su vida y a su obra. A Juvenilia estará siempre unido el nombre de Cané, como el perfume de una flor evoca la imagen de la planta, que por darle vida es estimada».
Santos Vega, poema que narra la historia del payador perseguido por la justicia, está dividido en cuatro cantos. Hoy, destacamos Santos Vega, editada en Buenos Aires por Ediciones Mínimas, en 1917. Esta obra contiene, además, el poema Flor de Ceibo, cuatro cartas de la contienda literaria que entablaron Rafael Obligado y el poeta clásico Calixto Oyuela, y la carta de Guido y Spano dictando «ardua sentencia» en el lírico pleito.
Te invitamos a consultar Juvenilia y Santos Vega en nuestra Biblioteca Digital.