Desde el espacio de la vidriera de la Biblioteca Nacional de Maestros en esta oportunidad se conmemora el día del libro, el mismo se celebra cada 15 de junio, instituido por el Congreso Nacional de Mujeres en 1908.
Una manera de revalorizar, una y otra vez, al libro como estímulo de lectura, que fomenta la imaginación y despierta el pensamiento. Fundamental en el ámbito escolar, alma de las bibliotecas y beneficioso hábito para todos. El libro no se opaca con la incorporación de imágenes y el desarrollo de las nuevas tecnologías, el libre posee magia y encanto como tal, simplemente se enriquece con el aporte que brindan otras herramientas.
A través de la historia del libro se puede ver el desarrollo de las civilizaciones y culturas. El recorrido inicia con el arte rupestre, para llegar a la tabla de arcilla y luego a los primeros jeroglíficos sobre hojas de palma, de papiros y telas delgadísimas. Con el tiempo llegan los rollos de papiro, que le dan paso al pergamino como antesala del uso del papel creado por los chinos. El pergamino permitió la encuadernación y dio nacimiento al libro como lo conocemos hoy.
El gran cambio se da con la creación de los tipos móviles y la imprenta con la intervención de Johann G. Gutenberg. De este modo se logra la divulgación popular de los conocimientos, y el libro pasa a ser el medio más importante para la cultura de la humanidad.