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El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el ondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas.
No sólo se trata de encontrar el texto que ha quedado descansando, a la espera de una nueva consulta. También de regresar al que alguna vez ya fue interpelado a la luz de nuevas lecturas, otras preguntas, renovadas interpretaciones.

Cuidar a la infancia escolarizada
“Siendo los niños anémicos, escrofulosos, debilitados, surmenés, etc, los mejor preparados para toda clase de infecciones y en particular la tuberculosis, el Congreso declara, que la tarea más importante en gobiernos y asociaciones en beneficio de la defensa higiénica de la sociedad que dirigen ó á la cual pertenecen, será la organización de establecimientos ad – hoc fundados según un criterio científico y destinados á volver vigorosos los niños que lo necesitasen”

Hoy presentamos “Establecimientos Preventivos Infantiles. Necesidad de su creación en la República Argentina y urgencia para la Ciudad de Buenos Aires” presentado al Segundo Congreso Médico Latino – Americano, realizado en Buenos Aires en 1904 por el Dr. Genaro Sisto, Jefe de Clínica Infantil de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, Vocal del cuerpo Médico Escolar y Catedrático de Ciencias Naturales é Higiene en la Escuela Normal de Profesoras. Fue publicado el mismo año por el Establecimiento Tipográfico L. E. Kraus.

Niños examinados


“… si se examinan los niños en las escuelas hay que considerar sus padecimientos bajo estos tres puntos de vista: 1.º Los producidos directamente por el medio escolar. 2.º Aquellos en que la escuela es un centro de irradiación infecciosa y 3.º El importantísimo grupo formado por los anémicos, debilitados, escrofulosos, surmenés, etc. En que la escuela no contribuye á formarlos puesto que van á ella ya en condiciones de salud deficiente”

Respecto de los primeros, la propia escuela los evita en buena medida ya que todo el material escolar “desde el edificio hasta el libro se procura que estén dentro de las condiciones higiénicas más completas.
Respecto de los segundos, existe, en la Capital de la República Argentina “un cuerpo Médico escolar que vijila minuciosamente las escuelas bajo el punto de vista higiénico y las instrucciones a los maestros, el examen diario del aseo de los niños, los certificados médicos de reingreso, los certificados de vacunación, “ así como las razones de las inasistencias y los motivos por los que los niños se ausentan de las clases.
Respecto del tercer grupo, que es el motivo principal de esta comunicación, no sólo se tendrán en cuenta los tipos mórbidos y las estadísticas, también el descuido de las medidas que importa adoptar en cada caso. Los exámenes individuales a los escolares, deben ir más allá de la visión, los dientes, las medidas de cráneo y espirométricas, contemplar el estado de los ganglios, el grado de anemia, la resistencia a la tarea escolar, el grado de debilidad física, que en su conjunto representan “el capital fisiológico de cada niño y el porvenir físico del futuro ciudadano”

Escolares en estadística


El 20 de agosto, la edad media de nuestras niñas era de 12 años y medio. Según Quetelet, el aumento normal de peso de una niña á esta edad de de 291 gramos por mes, las nuestras habían aumentado 2391 gramos, es decir nueve veces más (…) A esta edad Quetelet asigna un aumento de 150 gramos por mes, los nuestros habían alcanzado 1083 gramos, media calculada, es verdad sobre los seis que habían engrosado, pues dos habían adelgazado y uno estaba estacionario ”

Entre los niños aparente y socialmente considerados sanos, “adenitis, hipertrofia galndular (…) vegetaciones adenoideas, coxalgias, linfoadenomas (…) esperan una oportunidad mórbida favorable para mostrarse en toda su generalización aterrador”
Para abordar estas y otras situaciones, la colonia escolar “es insuficiente como propósito higiénico. No alcanza con desplazar a un niño, con llevar a todos los niños débiles a un mismo lugar. Eso es un error científico capital. Los establecimientos, según los niños que reciban, deberán estar unos al borde del mar, otros en la llanura y otros en la montaña. El mar será el indicado para los débiles en general, la llanura para los nerviosos, la montaña para los anémicos.
De ser así, el nombre de colonia escolar debiera ser reemplazado por el de establecimiento preventivo infantil, por su propósito defensivo y vigorizador del organismo.”


Ana Diamant

Este libro puede consultarse en la Sala Americana 31 – 11- 35
La versión digitalizada en texto completo se encuentra en www.bnm.me.gov.ar/e-recursos/medar

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