Saltar al contenido principal

La BNM y Canal Encuentro: Tabita Lugones reconstruye la historia

El miércoles  29 de abril, la BNM contó con la presencia de Tabita  Peralta Lugones, bisnieta del escritor Leopoldo Lugones (1874 – 1938)  quien fue director de la institución durante 23 años. Tabita vino acompañada por un equipo de producción del Canal Encuentro, dirigido por Matías Canzonetta, que se encuentra trabajando en un documental de la familia Lugones, motivo por el cual Tabita Peralta Lugones visitó el país, dejando su casa en Francia.

 

 

 

El documental construirá, como lo hace la misma Tabita, los recuerdos y historia a medida que visita lugares emblemáticos como lo es, entre otros,  la Biblioteca Nacional de Maestros.

Acompañada por la directora de la BNM Lic. Graciela Perrone, recorrieron  la antigua morada y oficina del escritor  así como el despacho con objetos personales de Leopoldo Lugones.

Tabita absorbió paso a paso la magia del despacho y la energía que irradian los textos, muchos de ellos adquiridos y seleccionados por Lugones para conformar el invaluable Tesoro de la institución. Acarició incunables, sintió el perfume de viejas páginas con dedicatorias a su bisabuelo o con las propias marginalias que en negro, rojo y azul, incrustaba Lugones en los interiores de los libros de su biblioteca privada. Aprendió nuevas historias que se cuentan en torno a Lugones y su amada Aglaura, y fue testigo de una cinta rosa encontrada entre las páginas de Lunario Sentimental, primera edición, que seguramente fue el ejemplar que Lugones prestó a la jóven alumna de Filosofía y Letras, hito que provocó un romance agridulce.El intercambio de cintas era uno de los ritos que Lugones describe en su epistolario a Emilia Cadelago, la Aglaura que brilló en los últimos años de su prolífera vida.


Luego del cálido  encuentro, Tabita  Lugones prometió volver, y  le escribió a la directora desde París donde ejerce su oficio de escritora:

“Querida Graciela: Me hizo corta la charla contigo. Me hubiera encantado tener un poco más de tiempo. En todo caso, te quería agradecer absolutamente tu cariño y tu recibimiento. Me fascinó estar en el despacho de Lugones, tocar el sillón, mirar los libros. Dentro de unos días, un poco más tranquila y organizada. Te escribiré, y también buscaré a ver qué me queda de don Leopoldo para enviarte y también mis dos libros que será un honor para mí que estén en tu biblioteca. Pero no quería dejar pasar tiempo antes de agradecerte. Un beso grande”


 

Comentá esta noticia

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.