Gestión de fondos: descarte, tercera parte

El segundo paso a realizar para organizar el trabajo de descarte consiste en revisar los proyectos e identificar las necesidades de información que tiene en marcha la biblioteca, para poder así tener bien definida la situación en la que se enmarca la actividad de descarte.
La identificación de los temas más demandados se logra, por un lado revisando los libros de préstamos para ver las temáticas más solicitadas, pero sobre todo basándose en los conocimientos que posee el bibliotecario de sus fondos y de la demanda de sus usuarios.

En una biblioteca escolar, los manuales, los libros de texto, literatura infantil, diccionarios y enciclopedias serán entre otras las obras más consultadas.

Deberá de tenerse en cuenta que la finalidad del descarte no es simplemente dar lugar a las nuevas adquisiciones, sino darle coherencia al desarrollo de la colección. El desarrollo de la colección es una construcción que hace a la definición propia del tipo de biblioteca sino que además está ligada a la oportunidad que tiene la misma de ofrecer a los usuarios la mejor selección de libros y recursos de que dispone.

Se deberán fijar claramente los motivos que se persiguen con el descarte, siendo por lo general:

• ampliar y potenciar los espacios disponibles de almacenamiento para dar lugar a las nuevas adquisiciones
• seleccionar los recursos que necesitan repararse, encuadernarse y/o  reemplazarse
• agilizar el trabajo del personal
• presentar en las estanterías disponibles para el público los recursos más consultados y en buen estado

Lógicamente para que haya actividad de descarte no es necesario cubrir todos los objetivos mencionados, uno solo ya da fundamento a la actividad.