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Desde el espacio de la vidriera de la Biblioteca Nacional de Maestros, en esta oportunidad se conmemora la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas en Sud América, redactada en castellano y en quechua.


En 1810 con la Revolución de Mayo se derrocó y expulsó al Virrey Cisneros. En su lugar se nombró a una junta de gobierno integrada por criollos, en su mayoría, dando origen a la Guerra de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata contra España.

El 9 de julio de 1816, el país proclamó en el Congreso de San Miguel de Tucumán la existencia de una nación libre e independiente de la Corona Española, así se dio paso al largo proceso de unificación nacional. A pesar de una hegemonía de representantes de todas las provincias partidarias del centralismo porteño, el Congreso expresó intenciones federales en la voz de: José de San Martín, Manuel Belgrano y Bernardo de Monteagudo. Superadas acaloradas discusiones, el Congreso proclamó la declaración de independencia argentina respecto de España y de toda otra dominación extranjera.

Muchos hombres lucharon y debatieron con sólidos argumentos para conseguir la independencia y celebrar el día de la Patria. Sobre la palabra patria, libertad, igualdad y fraternidad (los últimos tres lemas de la Revolución Francesa) se ofrecen definiciones de hombres que las practicaron. Sus palabras, definiciones y sentimientos:

Voces Patrias:

“Todos aman a su patria y muy pocos tienen patriotismo: el amor a la patria es un sentimiento natural, el patriotismo es una virtud: aquel procede de la inclinación al suelo donde nacemos y el patriotismo es un hábito producido por la combinación de muchas virtudes, que derivan de la justicia. Para amar a la patria basta ser hombre, para ser patriota es preciso ser ciudadano, es decir tener virtudes de tal”. Bernardo de Monteagudo

“Sirvo a la patria sin otro objeto que el de verla constituida, ése es el premio al que aspiro.” Manuel Belgrano

“La soberanía reside solo en el pueblo y la autoridad en las leyes: ella debe sostener que la voluntad general es la única fuente de donde emana la sanción de esta y el poder de los magistrados: debe demostrar que la majestad del pueblo es imprescriptible, inalienable y esencial por su naturaleza”. Bernardo de Monteagudo

“Quiero más una libertad peligrosa que una servidumbre tranquila.” Mariano Moreno


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