No son ni
100 los kilómetros que separan esta biblioteca de la ciudad
de Mercedes, hoy polo turístico, cabecera judicial, conservadora
de una rica tradición cultural.
La misma que
nació como frontera de conflicto cuando en 1745 el cabildo
y los jefes militares resolvieron la instalación de fuertes
como contención ante los ataques de indios en lo que dio
en llamarse Guardia de Luxán, por hallarse a 7 leguas del
emplazamiento del santuario – hoy basílica de Luján
– trasladados luego al terreno que ocupa el Palacio Municipal,
y que desde 1865 lleva oficialmente el nombre de Ciudad de Mercedes.
Allí
donde el pedagogo Carlos Vergara – colaborador de El Monitor
de la Educación Común - desde la Escuela Normal,
en los años 20 criticó algunos postulados del positivismo
llevados a la escuela de la mano del normalismo, estimulando el
trabajo en grupos, los descansos periódicos y lúdicos
entre tareas, incitando las manifestaciones de espontaneidad tanto
de docentes como de alumnos como marco de cuestionamiento al excesivo
verbalismo y a la rigidez de la disciplina escolar.
La misma escuela que ya había dirigido, entre 1895 y 1904
Víctor Mercante, estudioso de las teorías psicológicas
y de su incidencia en las propuestas metodológicas educativas
con el objetivo de fundamentar científicamente las consideraciones
sobre la enseñanza. .
Allí estuvimos, convocados por la realización de
la 7º Fiesta Provincial del Libro, un evento que se hace
sede de encuentros entre escritores, lectores, narradores e investigadores.
Allí
estuvo parte del acervo patrimonial de la BNM, puesto a disposición
de docentes y estudiantes en una actividad llevada a cabo en la
carpa instalada frente al Teatro Argentino de Mercedes.
Recorrer con
futuros enseñantes y con sus formadores la obra de Vergara,
la de Mercante, la de otros productores de época, en el
contexto en el que muchas de sus ideas se generaron, fue una experiencia
de riqueza para todos los participantes y una oportunidad para
socializar los valores que resguarda la biblioteca.
Recibir, semanas
más tarde en nuestra casa a parte de quienes nos acompañaron
en aquel recorrido por libros y temas fue una forma de valorar
más aún los tesoros de los que disponemos.