La palabra
alfabetización se ha generalizado en los tiempos recientes,
tanto que, a veces su significado se nos esfuma. Su sentido inicial,
asociado a la adquisición de la lectoescritura, en la actualidad
se ha ampliado y enriquecido, utilizándose en diferentes
sentidos y en diferentes contextos, esta diversidad se expresa
en el término nuevas alfabetizaciones.
¿Por qué hablar de alfabetizaciones
(en plural)? ¿Por qué nuevas?
En la BNM contamos con muchos materiales que pueden ayudarnos
a aclarar el tema. Una opción interesante para acercarse
al problema son los últimos trabajos de Berta Braslavsky:
¿Primeras letras o primeras lecturas? Una introducción
a la alfabetización temprana y Enseñar
a entender lo que se lee. La alfabetización en la familia
y en la escuela. En ambos trabajos la autora presenta datos
curiosos sobre el origen del término alfabetización
y sus múltiples definiciones, su asociación con
el vocablo inglés literacy (que se traduce como
letrado, y se asocia a persona educada) y la forma en que esta
asociación incidió en la amplitud de sentido que
se le fue dando al término.
También nos aporta elementos para aclarar qué sentidos
permanecen y cuáles se replantean o se enriquecen, a través
de un recorrido por los diferentes conceptos asociados a la alfabetización
a lo largo del siglo XX.
Según nos cuenta Berta Braslavsky, la palabra alfabetización
parece haberse formulado por primera vez a fines del siglo XIX,
en pleno proceso de constitución de los sistemas educativos
modernos. Tanto en ese momento como en la actualidad, los discursos
sobre la alfabetización se asocian a la formación
del ciudadano en el marco de un proyecto político-educativo.
Hoy las nuevas alfabetizaciones, se enmarcan
en el replanteo del papel de la educación: formar ciudadanos
para sociedades globalizadas en las que el conocimiento ocupa
un lugar central. En esta “sociedad del conocimiento”
las formas de producción y circulación de los discursos
sociales se complejiza y diversifica, se hace necesario formar
ciudadanos con las competencias necesarias para participar en
forma plena de los mismos. Alfabetizar, ya no es solo enseñar
a leer y escribir, sino favorecer el acceso a diferentes tipos
de códigos: artísticos, matemáticos, científicos
tecnológicos, etc., lo que plantea la necesidad de encarar
nuevas formas de alfabetizar. Las nuevas alfabetizaciones
refieren a cuestiones tan diversas como la alfabetización
artística, la alfabetización matemática,
la alfabetización científica, la alfabetización
digital, y otras tantas.
La autora nos advierte sobre los riesgos de la generalización
del uso metafórico del término, que lleva a que
se desdibuje su significado, perdiéndose su contenido original,
ligado al aprendizaje de la lectura y la escritura. Solidarios
con la autora, nuestro compromiso se centra en trabajar para que
las nuevas alfabetizaciones no sean solo un enunciado de moda,
sino una invitación al reconocimiento de la multiplicidad
de discursos que circulan en la sociedad actual, las formas en
que estos discursos se expresan y la manera en que éstos
impactan en los procesos de lectura y escritura, enfocando con
claridad el tipo de competencias implicadas en ellos y apuntando
a la apropiación en las aulas, como en las bibliotecas
escolares y en la experiencia autónoma cotidiana.
Lic.
Raquel Gamarnik