Boletín electrónico Año 4 No 33
Octubre 2006
ISSN 1667-8397
Pizzurno 953 (C1020ACA) 4129-1272
Línea gratuita: 0800-666 6293
Biblioteca Nacional de Maestros
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología
 
http://www.bnm.me.gov.ar
 
HALLAZGOS EN LA BNM
 

El objetivo de esta sección es dar a conocer piezas de valor histórico que constituyen el fondo patrimonial de la BNM a la vez que una invitación a consultarlas.

 
Vigencia, más allá del tiempo que pasa
La ley 1420 de Educación Común, estableció que correspondía al Consejo Escolar “promover por los medios que crea convenientes la fundación de sociedades cooperativas de la educación y de las bibliotecas populares de distrito” así como “promover y auxiliar la formación de bibliotecas populares y de maestros, lo mismo que la de asociaciones y publicaciones cooperativas de la educación común”

Diario La Nación, 8 de julio de 1934

 

Hoy presentamos: “Las sociedades populares de educación” publicada por la Sociedad Popular de Educación de Avellaneda, con motivo del cincuentenario de la Ley de Educación Común, en 1934.

 

Sabias disposiciones

“... el maestro, por más inteligente y laborioso que sea, no lo puede todo en la instrucción y educación de los niños confiados a su tutela (...) la obra de la escuela no se reduce a la enseñanza impartida en las aulas a los escolares que la frecuentan, sino que debe irradiarse a la familia, a la sociedad, con el aporte material y espiritual de todos, gobernantes y gobernados”
 

En estas máximas estaba reflejado el ejemplo de Belgrano entregando los cuarenta mil pesos que recibió como premio por sus triunfos en las batallas de Salta y Tucumán para la fundación de cuatro escuelas, las acciones de Sarmiento o las de vecinos como los Anchorena y los Llavallol que en 1859 reunieron fondos para la construcción de la escuela de Catedral al Norte, que inauguró “una época nueva en nuestros fastos morales, intelectuales, políticos y comerciales”
Pocos años más tarde, también a instancias de Sarmiento, en San Juan, su pueblo natal, se inauguraban las primeras dos asociaciones populares de las que se tiene noticias, la de Amigos de la Infancia y la de Madres Cristianas.

 

Un proceso – no sencillo - que ya no se detuvo

“Y así, un día y otro día (...) fueron surgiendo por todas partes asociaciones cooperadoras y escuelas de puertas abiertas complementarias y universidades populares. Las resistencias propias de toda iniciación habían sido vencidas”

 

Los propulsores de este movimiento popular a favor de la escuela y de la cultura incluían la “fiscalización de la labor docente“como una medida tendiente a quebrar el aislamiento en que vivía la escuela pública, en la que “padres y maestros sólo se veían durante el curso cuando había que exponer alguna queja”.
Con el crecimiento, en número y en impacto de las sociedades de educación popular, surgió la necesidad de coordinar acciones y en 1909 se organizó el primer congreso de estas organizaciones, al que asistieron destacados educadores de todo el país, con el auspicio de la Asociación Nacional del Profesorado en el que estuvieron representadas setenta y dos entidades.
Los encuentros continuaron y el congreso realizado en 1930 marcó un hito por los temas que allí se trataron. Entre otros se debatió respecto de los problemas del analfabetismo, la educación de adultos, la previsión social, la situación del magisterio, lo que llevó al presidente del Consejo Nacional de educación Juan B. Terán a cerrar las sesiones diciendo que “las sociedades populares reunidas en esta asamblea son la expresión más cabal de una conciencia educacional del país”

 

Más allá de la escuela

Ya en 1897 El Monitor de la Educación Común registra el dato “de una escuelita de la Vuelta de Rocha que promovía un movimiento popular para la fundación de una biblioteca y un mayor acercamiento entre la escuela y el hogar, valiéndose, al efecto, de sencillas conferencias dedicadas a los padres de familia y de una modesta publicación que costeaban los maestros y difundían gratuitamente”

 

Las asociaciones de vecinos, las sociedades de amigos de la educación, no sólo realizaron actividades de promoción, también las documentaron como propósitos en sus estatutos, en formulaciones tales como establecer relaciones íntimas entre la escuela y el hogar, ayudar a niños indigentes para que puedan concurrir a las escuelas comunes, procurar una mayor inscripción y asistencia de niños a las escuelas, propender a la formación de gimnasios, museos y bibliotecas escolares y públicas, organizar conferencias populares sobre educación, contribuir “al brillo de los festejos patrios” ayudar a la educación artística de los niños pobres, “contribuir a toda iniciativa que pueda ser beneficiosa para la educación”

 

La materialización de un ideario

“La Federación de Sociedades Populares de Educación acaba de expresar en un manifiesto una serie de juiciosas opiniones sobre los problemas de la educación popular”

 

Los puntos enunciados aluden al sostenimiento de escuelas existentes, a la creación de las que sean necesarias, a la estabilidad y competencia del cuerpo docente y directivo, a la provisión de material didáctico, y señalan que deberían ser atendidos “con el cumplimiento de las leyes orgánicas relativas al punto de la Nación y de las provincias” y que “el olvido y la indiferencia de los poderes públicos” han llevado a escuelas insuficientes y mal dotadas, maestros impagos y amenazados de cesantías, crisis de las finanzas escolares, y finalmente, detención del progreso educativo.

 

Este libro puede consultarse en la Sala Americana – SA 39 – 07 - 35
La versión digitalizada, en texto completo puede encontrarla aquí.

 

Ana Diamant