Seguir consolidando la lectura como pasaporte al desarrollo de la subjetividad y desarrollo integral de cada habitante del planeta en su rica diversidad, es la función que siempre coloca a las bibliotecas como su deber ser. Lectura como expresión de poder simbolizar la realidad circundante y la información procesada en pensamiento activo y transformación cultural de sus resultados.

 

Las bibliotecas son instituciones que se reinventan, se adaptan y crecen con los cambios tecnológicos y las transformaciones que ocurren en sus hábitats, redes y comunidades .No pierden de ninguna manera las puertas de entradas ni el asombro que provoca la posibilidad de una búsqueda infinita que comienza con la mano en el estante o el resultado de un algoritmo que dio con el objeto buscado en la pantalla.

 

Las bibliotecas unidas en redes y asociaciones internacionales también pisan fuerte en los claustros donde se deciden las mejoras para el desarrollo de la humanidad, justamente el humanismo que les ha dado origen en los albores de la antigüedad, es el que ahora le pone la brújula para hacer de lo digital la vía para alcanzar y entusiasmar más lectores, el que las convoca a aportar a ideas y soluciones a la largo plazo en los debates de las temáticas que deben prosperar para la sustentabilidad de nuestro planeta y nuestra especie, el que las ha colocado como corazón en cada escuela para que exista la oportunidad universal de experimentar su itinerario personalizado de conocer y aprender.

 

Una biblioteca es una marea cultural de conocimiento, tecnología, preservación de ideas y patrimonio, espacios para la creación y crecimiento, redes de pertenencia y participación que debemos defender como actores políticos y ciudadanos.

 

Lic. Graciela Perrone