El acceso a la información a través de amplias opciones que se puedan contar desde las distintas demandas de la ciudadanía es el activo más preciado que puedan tener las sociedades hoy. El complejo entramado intercultural y social que ha construido la esfera global a través de las tecnologías de información y comunicación ha proporcionado la producción de conocimiento brindando grandes oportunidades de desarrollo científico en todo en todos sus rangos y disciplinas.

 

La posibilidad de contar con datos afincados en distintos tipos de soporte pero accesibles a través de su transformación en objetos digitales que serán expuestos en grandes menú digitales para ser consumidos desde la ubicuidad, sin barreras temporales o geográficas, marca con un sello distintivo al “homus digitalis” en expansión.

Esta evolución generacional que constituye luego la trama interactiva de los niveles de participación e inclusión individual en las fronteras sin bordes de lo local y lo global, no es posible sin el desarrollo de comunidades con sólidas habilidades lectoras y autonomía en la reflexión y producción de conocimiento.

 

Para ello, los gobiernos en sus distintos niveles jurisdiccionales deben diseñar políticas públicas para asegurar estos escenarios que son consolidados por políticas de lectura, de conectividad, de puntos de acceso, del resguardo y transparencia de los datos y de la conservación de la materialidad documental de la memoria reciente y pasada.

Esto requiere de sistemas de información anclado en redes de instituciones como archivos y bibliotecas, banco de datos y matrices de datos, coordinados desde proyectos institucionales que tienen responsabilidades, escala y complejidad y que los convierten en referencias nacionales e internacionales, por un lado así como variadas iniciativas de instituciones públicas y privadas, que se han sumado a los procesos esenciales de valorización del patrimonio y su conservación física y digital, hablando de patrimonio como todo activo intelectual plasmado en distintos soportes que tiene una marca autoral y cultural.

 

Nuestro país está retomando esta direccionalidad a través de acciones públicas y privadas que están siendo realizadas a través de sub-sistemas, redes e instituciones per se. Se están desarrollando normativas ad-hoc, se han comenzando a incrementar las inversiones públicas y privadas en los aspectos tangibles e intangibles.

 

Pero deben continuar y progresar los diálogos colaborativos para seguir avanzando en alcanzar horizontes más abarcativos, democráticos y sistémicos, que tengan como prioridad al acceso a la información, y la preservación física y digital del patrimonio que la contiene, y más inclusivos para que las oportunidades originales de cada persona sean aseguradas como derecho para tener las capacidades de ser integrante y partícipe de esta evolución digital, que recién está en sus albores.

Lic.Graciela Perrone