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Boletín
electrónico Año 2 No 12 |
Noviembre
2004 |
ISSN
1667-8370 |
Pizzurno
953 (C1020ACA) 4129-1272 |
Línea
gratuita: 0800-666 6293 |
Biblioteca
Nacional de Maestros |
Ministerio
de Educación, Ciencia y Tecnología |
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http://www.bnm.me.gov.ar |
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HALLAZGOS
EN LA BNM |
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Se acercan las vacaciones ¿Qué
harían los niños débiles? |
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Hoy presentamos
el Informe de la Colonia de Vacaciones para niños débiles
del Parque Avellaneda; temporada 1920 – 1921 elaborado por
Juan C. Vignatti.
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“El
año pasado, el peluquero señor Isidro Soler, tenía
una hija desahuciada. Se presentó al Parque el día en
que se inauguró la primera Colonia y la pequeñuela deseó
ingresar entre los alegres grupos infantiles. |
Un
mes y medio después la colonia se clausuraba y la niña
regresó a su hogar en condiciones tan favorables que el padre
la llevó a un facultativo para examinarla nuevamente. |
El
médico después de examinarla manifestó su asombro.
La niña estaba salvada.
El padre agradecido, se presentó este año a la colonia
a ofrecer a los niños su labor profesional gratuitamente, de
2 a 4 de la tarde. |
Todos
los días, en medio del bosque improvisaba una peluquería
donde diariamente se cortaba el cabello a 40 o 45 niños. Hechos
como este aquilatan todo el valor social de una institución. |
La
hija del señor Soler no faltó este año un solo
día a la Colonia y el buen peluquero de los niños es
un apologista apasionado de la vida colonial” Pág. 24. |
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Un
marco de contexto |
Las
colonias de vacaciones para niños débiles se realizaron
entre 1920 y 1921 y fueron organizadas por el Consejo Nacional de
educación. |
En
ese entonces fueron incorporadas al presupuesto municipal como organismos
permanentes. |
Al
términos de estos períodos fueron evaluadas tan exitosamente
“que su programa de trabajo y orientación puédesele
considerar definitivo para todas las que en adelante se crearen”,
teniendo en cuenta lo que los niños disfrutaron del aire
puro, los alimentos nutritivos, la vida sana y la recreación
variada cada día. |
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Por
la calle Lacarra |
“Desde
las primeras horas de la mañana convergían hacia el
Parque Avellaneda más de un millar de niños salidos
de todos los barrios de la ciudad.
Los tranvías de la Compañía Anglo Argentina
rebosaban de criaturas que, alegres, se disponían a pasar
su día colonial (...) La bulliciosa caravana llenaba de gracia
y de vida las solitarias avenidas que conducen al apartado paseo”
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“La
campana de la Colonia hace oir su sonora voz...” |
Y
comienza la actividad. |
Así
es un día de tarea. |
Las
maestras pasan revista de aseo con especial atención a la cabeza
“que tantos dolores de cabeza dio a maestras y padres” |
Algunos
niños luego pasan a los lavatorios y otros a los baños
tibios o fríos “que por falta de facultativo hubo de
prescribirse a gusto del consumidor” |
Para
el desayuno, los colonos pasan a los comedores, tendidos bajo enramadas
y a la sombra de paraísos. Mientras son atendidos por celadoras,
las maestras, en la Dirección dan la asistencia diaria, informan
de las novedades y reciben los materiales “para desarrollar
el programa de recreaciones matutinas de acuerdo con su cuaderno de
tópicos” |
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Son
las 9 y 15 |
“Hermoso
es el espectáculo (...): por aquí una clase que lleva
del bozal a cinco borricos, otra sale con petizos, más allá
un grado conduce cabras y ovejas, éste se apodera de conejos
para alimentarlos y jugar a su alrededor” y siguen las descripciones
de múltiples actividades de granja y huerta, esas que ayer
y hoy conforman el contenido contacto con la naturaleza |
Otro
rubro lo constituye la práctica deportiva “con arcos,
quillas, juegos de sapo, raquetas de tennis y de sare, arcos volantes,
cuerdas para saltar...” que fortifica el cuerpo y airea bien
los pulmones, como explica el inspector en su informa. |
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Comer
y descansar |
Lavarse
las manos y todos los “coloniales” se sientan a la mesa. |
El
almuerzo es suculento: tres platos y un postre. |
Terminada
la ingesta, los niños pasean durante media hora a la sombra
de los árboles y luego recogen sus sillas de playa para dormir
la siesta. |
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Son
las 2 de la tarde |
Otra
vez la campana, devolver las sillas y volver con las maestras para
las “recreaciones vespertinas”. |
Rotación
por nuevos sectores de juegos. |
Cantos
y rondas. |
Clases
sobre naturaleza. |
“Corresponde
a la habilidad de cada maestra saber aprovechar las circunstancias
que la vida plena brinda a cada instante” |
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A
las 4 y 15 |
Vuelven
los niños a los comedores, previo aseo. |
A
las 5 las maestras ya han distribuido “las boletas de tranvía
y las combinaciones necesarias para el regreso y el retorno al día
siguiente. |
Con
la última campana vuelve el bullicio a la calle Lacarra y es
el bosque el que queda en silencio. |
El
día “colonial” terminó. |
Reponer
energías y pensar en mañana. |
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Aprender
al aire libre, aprender en vacaciones |
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“Una
clase hace ejercicios metodizados (...). La maestra tiene
presentes las instrucciones que recibiera para dictar
eficazmente su lección”. |
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“Unos
niños miden con metro y decámetro la distancia
de cien metros que deberán recorrer con arcos de
acero de un metro de diámetro”. |
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“Por
aquí anda un grupo de coloniales trabajando la
huerta. La tierra abre su seno fecundo a las caricias
del arado (...). Todas las niñas se disputan el
turno para dirigir la marcha de tan nobles y pacíficas
bestias”.
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“Un
grado, sentado en la verde hierba, provisto de carpetas
y lápices, dibuja asuntos tomados de la naturaleza
que los rodea”. |
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“Las
más hábiles ordeñan a la burrita gris.
Su leche es entregada a una pobre madre que tiene su hijo
desahuciado. Los que no tengan corazón no se acerquen
a este lugar donde los niños sienten junto a su actual
alegría agitarse la sombra de la muerte”. |
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“¡Mire
señor qué bien hacemos las escobas! (...)
hechas con retoños de olmos, unidos con alambre a
un vástago que hace de mango. Son las que usan los
pequeños para la limpieza del parque”. |
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Otros
beneficios |
El
aumento de peso fue general en todos los niños. “L. C.
aumentó nueve kilos en tres meses (...) el aumento de peso
es más sensible en las mujeres que en los varones (...) en
cambio el aumento de talla ha sido más sensible entre los varones,
lo que coincide con las observaciones realizadas en las colonias europeas.
El mayor aumento de talla fue de seis centímetros en un niño
de doce años. |
Estos
beneficios de la colonia se extendieron al personal docente. Todas
las maestras aumentaron de peso (...) En el cuerpo de las celadoras
el aumento fue mayor”. |
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Algunas
conclusiones |
Que
se ha dado respuesta a una necesidad impostergable de la parte más
necesitada de Buenos Aires. |
Que
son palpables los beneficios morales, intelectuales y físicos
para el futuro vigoroso del pueblo argentino. |
Que
se hace necesario iniciar una campaña ante los poderes nacionales
para crear colonias de vacaciones de montaña y de mar. |
Que
indispensable atender a los niños atacados de anemia intensa,
a los escrofulosos y a los pretuberculosos salvándolos de las
garras de la muerte prematura. |
Que
el personal docente por su labor con un horario de nueve horas y media
merece una especial consideración |
Que
el transporte de los niños hecho por los tranvías, desde
los barrios más alejados de la ciudad no debe ser causa de
inquietud para los padres. |
Que
“es necesario haber vivido los días de la Colonia para
percibir en toda su importancia el fenómeno de su vitalidad...” |
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Este
texto puede consultarse en la Sala Americana (39 – 9 –
9) |
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Por
Ana Diamant |
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