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Boletín
electrónico Año 2 No 11 |
Octubre
2004 |
ISSN
1667-8370 |
Pizzurno
953 (C1020ACA) 4129-1272 |
Línea
gratuita: 0800-666 6293 |
Biblioteca
Nacional de Maestros |
Ministerio
de Educación, Ciencia y Tecnología |
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http://www.bnm.me.gov.ar |
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ACTIVIDADES
DE EXTENSION |
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Desgrabación de la Tertulia
Americana sobre Platón |
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Dr.
Martín José Ciordia |
Prof.
Adjunto de Literatura Europea del Renacimiento |
Facultad
de Filosofía y Letras – UBA |
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Buenas tardes.
El libro que hoy nos convoca es la traducción de Marsilio
Ficino de las obras completas de Platón editada en Paris
en 1522. Pero antes de que nos detengamos en el objeto mismo (la
gente de la biblioteca nos ha preparado otros textos editados
por la misma época), quisiera situar históricamente
la reaparición de Platón en Occidente hacia fines
del siglo XIV. Durante la Edad Media se conocía básicamente
un solo texto platónico, el Timeo, el resto de
la obra de Platón llegaba a los hombres del medioevo a
través de autores cristianos como Dionisio Areopagita,
San Agustín y otros. En 1397, un italiano llamado Coluccio
Salutati, que era el canciller de la República Florentina,
va a contratar a Manuel de Chrysoloras, un embajador y maestro
bizantino, para que imparta clases de griego. En este punto de
alguna manera comienza lentamente, ya no sólo un redescubrimiento
de la antigüedad latina, que había sido obra de Petrarca,
Bocaccio y la primera generación de los llamados humanistas,
sino un redescubrimiento de la antigüedad griega. Chrysoloras
va a dar durante tres años clases de griego pagado por
el estado florentino. Entre sus alumnos hay un joven, Leonardo
Bruni, que se va a destacar y que va a realizar traducciones,
no sólo de alguno de los textos de Platón que Chrysoloras
trajo consigo sino que también va a intentar volver a traducir
a Aristóteles. La traducción de Aristóteles
que circulaba era básicamente la medieval en la que se
había apoyado la escolástica y Leonardo Bruni, a
principios ya del siglo XV, va a volver a esos textos, y al volver
a traducirlo, ciertas palabras, ciertas estructuras serán
interpretadas de una manera diferente a lo que se había
hecho en el medioevo y esto va a traer un impacto muy fuerte en
la intelectualidad de la época. Entre los influenciados
por esta nueva versión podemos citar a Lorenzo Valla que,
a partir de esta traducción de Leonardo Bruni, va a empezar
a sostener que el cristianismo en realidad más que acercarse
al estoicismo, como tradicionalmente se había dicho, se
acercaba al epicureísmo. Estos son algunos de los cambios
que producen la llegada de Platón y la posibilidad de leerlo
directamente del griego. Asimismo, el aprendizaje del griego para
leer a Aristóteles directamente y no ha través de
la traducción latina del medioevo. Paralelamente a todo
esto que voy comentando de Coluccio Salutati, de Leonardo Bruni
y sus primeras traducciones, este segundo grupo de humanistas
se juntaba mucha veces en la casa del canciller y discutía
sobre si los escritores, los intelectuales contemporáneos
de Florencia, estaban a la altura de los antiguos. Si Dante, Petrarca
o Bocaccio eran tan importantes como Virgilio u Horacio. Para
esa época Leonardo Bruni hace un elogio de la ciudad de
Florencia comparándola con Atenas, una especie de resurgimiento
de la antigüedad y una comprensión del presente a
partir de este diálogo con los antiguos. En Florencia,
la familia de los Medici comienza a lo largo del siglo XV a tener
cada vez un peso mayor, recuerdo que estamos en una república,
no hay rey. Hacia mitad de este siglo, Cosme de Medici va a quedar
a cargo de la administración de la República de
Florencia y además va a intentar que el Segundo Concilio
que se va a celebrar entre las dos iglesias, la latina y la griega
(bizantina) en lugar de celebrarse en Ferrara, como había
ocurrido antes, se celebrara en Florencia. Leonardo Bruni va a
recibir a los nuevos delegados bizantinos para este concilio que
intentaba unir a las dos iglesias frente a la amenaza del Islam,
de los turcos básicamente que iban avanzando. Entre ellos
llega un personaje que se llamaba Gemisto Plethon que traía
consigo toda la obra de Platón incluso el llamado Corpus
hermeticum y otros textos neoplatónicos. Plethon conversando
con Cosme de Medici lo entusiasmó con la idea de fundar
la polis, la ciudad en un platonismo heterodoxo. Cosme de Medici,
entonces, va a encargar a un veinteañero Marsilio Ficino,
la traducción completa de la obra de Platón que
por primera vez desde hacía muchos años se podía
volver a leer directamente. El trabajo le tomó a Marsilio
Ficino varios años. El nieto de Cosme de Medici, Lorenzo
de Medici, Lorenzo el Magnífico, le va a dar la villa Careggi,
una especie de palacio en donde él se va a instalar y se
va a dedicar simplemente a traducir. La traducción va a
tener una primera publicación hacia 1483 en Florencia.
Estaba traducida del griego al latín. Posteriormente estas
traducciones de Ficino fueron vueltas a publicar en Venecia en
1491, y en Paris en 1522 que es la tercera edición que
hoy tenemos aquí. Ya vemos cómo el humanismo empieza
a traspasar los Alpes y a tener influencia en Francia, en Inglaterra,
en Alemania.
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Ahora yo quisiera
referirme a Ficino y el impacto que tuvo su traducción
porque no solamente tradujo sino que también intentó
pensar el presente de su época a partir de este diálogo
con Platón. En en la misma edición de la obra completa
de Platón, Ficino acompañaba cada uno de los diálogos
de Platón, los prologaba, con un argumento o un comentario,
muchos de los cuáles tuvieron una gran influencia en su
época. Me quisiera demorar en algunas de las ideas que
Ficino comenzó a promover y que tuvieron impacto en su
momento. Una de ellas es su concepción del amor.Lee el
Banquete, lee el Fedro y a partir de ahí
comienza a descubrir una posibilidad distinta de pensar el amor.
Básicamente toma de Platón la idea de que el amor
es un deseo de belleza, un deseo de disfrutar la belleza.También
toma la idea de que el amor es un deseo de engendrar en lo bello.
Imaginémonos que dos personas comienzan a amarse atraídos
por su belleza física, por su belleza mental. Según
él hay dos tipos de deseos que se generan a partir del
encuentro: uno es el deseo natural, o el amor natural, y el otro
el que podemos llamar ahora un amor celeste o cultural. ¿A
qué llamaba amor natural?. Un hombre y una mujer se conocen,
se atraen, se ayuntan y tienen hijos. Esto es el amor natural
y lo que produce son hijos, y de alguna manera los hombres somos
inmortales a partir de este hijo que nos recuerda. Una vez que
morimos el hijo nos tendrá en la memoria. Pero no existía
solamente este amor natural sino que también se daba un
amor cultural o celeste. ¿Qué era esto? Ficino veía,
como Platón había visto en su momento, que muchas
veces, entre los artistas por ejemplo, se da un afecto, una relación
fuerte, incluso una relación de ídolo para sus discípulos,
y que esto modifica a las personas. Pero no sólo las modifica
sino que en esa relación entre maestro o maestra y discípulo
o discípula (en esto los sexos no tendrían nada
que ver), en esa relación fuerte que empieza a haber entre
los dos se producen obras de arte, música, poesía,
pintura, etc. Pero Ficino también pensaba que tenía
que ver con la política. Muchas veces nosotros escuchamos
que de ciertos líderes se dice que aman a su pueblo y que
el pueblo ama al líder. Ficino creía que en esta
relación que veía muchas veces entre los reyes y
su pueblo, se generaba la búsqueda de la justicia, la generación
de leyes, etc. Todo esto estaba en el mismo Platón, que
decía que Homero había tenido sus discípulos,
que Licurgo, el gran legislador, había tenido los suyos.
Ficino entonces empieza a divulgar con mucha fuerza esta idea
de los dos amores: el amor natural, con la Venus terrestre, y
un amor celeste, cultural, intelectual, productor de arte, política
o de acciones políticas. El primer lugar donde podemos
visualizar esto es en la pintura. Una de las imágenes más
difundidas del Renacimiento es El Nacimiento de Venus
de Boticelli. Este cuadro según autores como Panofski y
Gombrich, es una pintura que está realizada a partir de
los comentarios de Ficino al Banquete de Platón.
Esta sería según los autores mencionados la Venus
celeste. La Primavera de Boticelli corresponde a la Venus
terrestre. Hay otro cuadro de Tiziano, de la escuela veneciana,
en donde también aparecen las dos venus (Amor sacro y amor
profano). El hombre de alguna manera estaba compuesto por ambas.
Lo que va a pasar con estos textos de Ficino es que comienzan
a representarse estos relatos, estos mitos griegos en la pintura
y ya no sólo los relatos bíblicos. Ahora bien, Ficino
tenía el sueño de fundar la cultura, la ciudad,
en el amor. Dedicó su traducción latina del Banquete
con su comentario primero a Lorenzo de Medici. En el fondo estaba
la idea de que el amor y los intelectuales que se alineaban en
torno a estas ideas podían finalmente parar las guerras.
Uno de los hombres que va a estar muy cerca de Ficino hacia el
final del siglo XV es Pico della Mirandola, de quien habrán
escuchado hablar por el Discurso de la dignidad del hombre
que era el discurso inaugural que iba a pronunciar en un concilio
entre todos los jefes o dirigentes de las distintas religiones
conocidas en aquel momento. Del concilio participaría gente
del Islam, gente del judaísmo, gente de las distintas corrientes
cristianas que se iban a reunir en Roma y él iba a abrir
esa sesión con este discurso. Pico de la Mirandola llegó
a escribir 900 tesis que iban a ser discutidas por la intelectualidad
reunida para ponerse de acuerdo en lo que sería una especie
de experiencia religiosa común de fondo para parar las
guerras religiosas. Había antecedentes como los de Nicolás
de Cusa que también había escrito un texto llamado
Sobre la paz de la fe. Nicolás de Cusa es uno de los que
va promover este concilio en Florencia entre la Iglesia latina
y la ortodoxa. Ahora ¿qué pasó con Pico que
tenía en ese momento 24 años?: 13 de esas 900 tesis
fueron sospechadas de herejía y fue encerrado. Posteriormente,
tiene crisis personales muy profundas y, cuando vuelve a Florencia,
se va a acercar a Savonarola. Finalmente muere muy joven, a los
treintialgo, envenenado según la leyenda.
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Ahora bien,
esto es lo que estaba en los textos pero otra cosa era el contexto
histórico y político. Lorenzo de Medici recibe el
comentario al Banquete de Platón, en que se habla
de fundar la ciudad en el amor, hacia 1469. En 1478, pocos años
después de la impresión florentina de toda la obra
platónica de 1473, Lorenzo y su hermano Giuliano sufren
un atentado en la catedral durante una misa mayor. Giuliano resulta
muerto y Lorenzo herido. Llegada la noche cuatro miembros de la
familia de los Pazzi, uno de ellos arzobispo, cuelgan de las ventanas
del Palacio de la Señoría a la vista de todo el
pueblo sospechosos de la conspiración. Maquiavelo, que
en ese entonces tenía 9 años y que en 1513 publicará
El Príncipe ¿habrá visto todos estos
revuelos?.
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Antes
de ocuparme del libro como objeto quería decir algo más
del impacto de la obra. Hay toda una línea de estudiosos
que sostiene que Ficino es quien inventa la idea de inspiración
romántica. Se dice que Platón en realidad cuando
en el Ion habla de inspiración está burlándose,
habla irónicamente, y que es Ficino quien va a empezar
a tomárselo en serio. En muchas de sus cartas, que era
uno de los géneros que cultivaban los humanistas, hace
referencia a que el poeta en principio canta o pinta inspirado
directamente por la divinidad, una especie de visionario. Como
si Dios no hubiese hablado solamente en la Biblia sino
que continuara hablando a través de estos artistas. Pero
no sólo eso, también aparece la idea del trance.
Estos artistas entraban en una especie de trance al punto que
decían que muchas veces después de haber escrito
no saben lo que pasó o no entienden lo que han escrito.
Por otra parte, otra idea a la de inspiración romántica
es la idea de genio. De la gente sana, erudita, sensata, no proviene
la mejor poesía, pintura o música; sino antes bien
de los perturbados, se requiere estar “sacado”, un
poco loco. Esto decía Ficino y ya empieza a haber artistas
en esa línea. Uno de los primeros es Miguel Angel, no Leonardo
pero sí Miguel Angel con la idea de la melancolía
y la tortura interna de sus búsquedas. Más tarde
Giorgio Vasari, el primer historiador del arte, cuando describa
a Leonardo, a Miguel Angel, a Rafael, va a hablar de los divinos,
va a decir que Dios en toda su omnipotencia veía a la gente
perdida, y que entonces suscitó a estos artistas para que
a través de su cultura, su pintura, su poesía lograran
que los hombres volvieran a encontrar la felicidad. Todo esto
parece tener su inicio en Ficino. El platonismo entonces crece
y hacia 1520 comienza la Reforma de Lutero. A partir de la Reforma
va a venir la Contrareforma y uno de los pensamientos que más
va a ser sospechados es el platonismo. La Contrareforma se va
a apoyar en una reinterpretación del Aristóteles
medieval y todo este tipo de cosas van a sonar mal. Incluso los
místicos españoles que tomaban esta dirección,
como San Juan de la Cruz, van a ser encarcelados. Y la última
cosa que quisiera mencionar a partir de estas traducciones, un
poco a pesar de Ficino, ya esto tiene que ver con Platón,
es el tema de la matemática. Aristóteles con sus
estudios de la naturaleza básicamente era un biólogo,
miraba desde la óptica de la biología, los animales,
las plantas. En cambio Platón tiene una impronta astronómica,
al punto que cuenta la leyenda que en el frontispicio de la Academia
decía “No entre aquí quien no sepa geometría”.
Esto hace a la revalorización de la matemática,
junto con toda otra serie de textos que fueron apareciendo por
esa época que van a estar por un lado en consonancia con
lo que están haciendo los pintores con el descubrimiento
de la perspectiva lineal y la geometrización del espacio
que va a cambiar la representación medieval y, por otro
con las investigaciones que hace Galileo a principios de 1600.
La manera en que Galileo calculaba las lunas de Jupiter con el
telescopio era mediante cálculos absolutamente iguales
a los que se hacían en la perspectiva lineal de la pintura.
Tanto es así que Galileo cuando intentaba pensar quienes
serían los arquetipos para estos nuevos científicos
elegía a Miguel Angel, un artista. Arte y ciencia en ese
momento no están divididas sino que están absolutamente
unidas.
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Ahora hablemos
un poco del libro que tenemos en la Biblioteca de Maestros. La
primera edición de estas traducciones es de 1483 en Florencia,
las va a hacer el taller tipográfico del convento de Santiago
Ripolli y se van a publicar 1025. En ese caso eran dos tomos a
diferencia del que tenemos aquí que es uno solo. El tamaño
era el mismo o sea in folio que tiene que ver con la forma en
que se dan vuelta las hojas, el papel. Si lo doblo en dos tengo
un in folio, si lo doblo de nuevo tengo uno in cuarto, si lo doblo
de nuevo tengo un in octavo. La segunda edición de Venecia
volvió a salir en dos volúmenes en este tamaño
in folio, que es gigantesco, piensen que acá está
toda la obra de Platón. La tercera edición es la
de 1522 y el imprentero fue Iodocus Badius. En esa época
les gustaba ponerse nombres que sonaran griegos o latinos. Para
ese momento había tres imprentas importantes para este
tipo de publicaciones. La primera era la de Aldo Manucio que estaba
en Venecia. Había empezado a juntar obras con Pico della
Mirandola y a publicar obras clásicas y también
de humanistas de ese momento, como Valla, como Poliziano, o como
Ficino. Posteriormente va a aparecer en Basilea un tal Johan Amerbach
quien tuvo como discípulo a Johan Froben que va a ser uno
de los más importantes editores de Erasmo. Muchas veces
los mismos humanistas trabajaban a la par de los imprenteros descubriendo
manuscritos y pasándolos a la imprenta, con los libreros,
con las bibliotecas que se iban armando. Y entre todos, junto
con los lectores iban dándole cuerpo a esto que hoy vemos
acá. Que tenía una forma distinta al libro medieval.
Iba cambiando el formato libro a raíz de todas estas empresas.
Venecia, Basilea, París donde estaba Iodocus Badius. Y
volviendo a él ¿quién era este Iodocus Badius?
Era un neerlandés que, como Aldo Manucio, había
estudiado con el humanista Battista Guarini en Ferrara. Este Badio,
posteriormente llamado a París por Robert Gaguin, se vuelve
impresor de la universidad. El mismo escribe libros, tiene uno
sobre la caligrafía, y va a publicar textos clásicos
y de humanistas contemporáneos. En su taller muchas veces
se juntaba el círculo de humanistas francés liderado
por Lefèbvre quien va a terminar apoyando la reforma y
va a morir exiliado teniendo que irse de Paris. Badio pertenece
a ese círculo al que después se suma Rabelais que
son los que van a ir acusando el impacto de estas traducciones
de Ficino.
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En
cuanto a nuestro libro, para esta época todavía
convivían lo que sería el incunable, o sea las primeras
ediciones impresas, con el manuscrito. Incluso los formatos de
lo que se ha dado en llamar el libro humanista, convivían
con estos formatos que algunos llaman más medievales. Entre
los cambios que se registran está el cambio de letra. Se
pasa de la letra gótica a esta otra letra que sería
carolingia pero que en la idea de los humanistas que empezaron
a usarla y de Poggio Bracciolini que fue quien la introdujo en
la primera mitad del XV, creían estar volviendo a la letra
de la antigua Roma. No sabían que en la antigüedad
se escribía en rollos y que la escritura no tenía
separación entre palabras, ni puntos. Pero cuando ellos
empiezan a publicar con esta letra que creían la romana
y siguiendo antiguos manuscritos pensaban que estaban haciendo
lo que se hacía en Roma. Pero aunque sea una especie de
vuelta a la antigüedad que tiene mucho de creación
esto no quita que el libro vaya cambiando. Al mismo tiempo muchos
dicen que la diferencia entre estos libros y los libros medievales
(esto fue sostenido sobre todo en la década de 1960 por
los estudiosos italianos que defienden el Humanismo en Italia)
radica en que la intención de estos editores fue la de
quitar todas la glosas. El libro medieval estaba totalmente glosado
al punto que el texto en sí aparece chiquito en el folio.
Tenían una enorme cantidad de aparato crítico y
comentarios y luego el texto chiquito. Entonces lo que hacen es
limpiar y dejar el texto. Ahora básicamente son los textos
y cada tanto aparece marginalia, pequeñas frases que van
aclarando, que se pueden encontrar también impresas. Estos
son parte de los cambios que tienen que ver con el objeto que
hoy vamos a ver. Sin embargo, estas diferencias entre un texto
y otro recalcadas por los estudiosos de la década del ’60
posteriormente fueron atenuadas. Los mismos libreros que sacaban
el libro limpio sin glosas, para el libro cortesano, no para el
libro de estudioso, lo volvían a sacar lleno de ilustraciones.
Y justamente entre los nobles empezó a existir la moda
de los libros y de las bibliotecas, y empezó a aparecer
todo un aparato de objetos que rodeaban al libro: lugares donde
ponerlo (acá vemos uno en el dibujo de la portada), mesa
giratorias y toda una cantidad de objetos que tenían que
ver con la posibilidad de leer estos libros. Al mismo tiempo en
este libro vamos a poder ver algo de lo que hablan muchos estudiosos,
uno de los más importantes se llama Grafton en un libro
que se llama Historia de la lectura en Occidente. Algo que señala
Grafton es que el libro aparecía y después era apropiado
por el poseedor del libro. Entonces en esa época se leía
con la pluma en la mano. Uno leía y copiaba al mismo tiempo
para recordar o hacía anotaciones en los márgenes
como las que tenemos acá. Aparecen pasajes subrayados,
un dibujo de una mano con un dedo índice que señala
alguna parte del texto, un texto que me hace acordar a los gestos
que aparecen en alguno de los personajes en los cuadros de Leonardo,
como en la Adoración de los Reyes Magos o en el
San Juan Bautista en que aparecen personajes señalando
y en este texto se repite el gesto muchas veces. Hay como llaves.
El tema era apropiarse del texto. Incluso si uno va leyendo las
anotaciones del costado puede ver mucho de la historia intelectual
del poseedor del libro.
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Con
respecto a la circulación de los libros en esa época
uno de los instrumentos útiles para determinarla son los
testamentos en donde figuraba la biblioteca del difunto. Ahí
aparecían, 40, 50 libros y entonces uno sabía positivamente
que textos había leído, no hipotéticamente
porque circulaban en la época sino que estaban en su biblioteca,
aún cuando el libro no nos haya llegado. En el ejemplar que
tenemos aquí encontré entre las anotaciones que hay
en los márgenes hasta ahora tres manos. En principio hay
tres grafías distintas, una de ellas está en castellano,
muy escasa, son dos o tres frases al margen que podrían pertenecer
a Lugones pero todavía no lo pude determinar. Otra grafía,
va anotando en latín, seguramente se trata de alguien anterior.
Y la otra también está en latín, pero es algo
que recién estoy analizando. |
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