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Boletín
electrónico Año 2 No 10 |
Septiembre
2004 |
ISSN
1667-8370 |
Pizzurno
953 (C1020ACA) 4129-1272 |
Línea
gratuita: 0800-666 6293 |
Biblioteca
Nacional de Maestros |
Ministerio
de Educación, Ciencia y Tecnología |
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http://www.bnm.me.gov.ar |
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NOVEDADES |
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Biblioteca :madre de lectores
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No todos tienen
la suerte de venir al mundo con un libro bajo el brazo. Se decía
que los niños traían un pan. Hoy tampoco es así,
no por lo menos en grandes porciones del mundo. En mi caso, comencé
a tomar contacto con las palabras y las imágenes apenas
pude fijar la visión en una especie de mancha impresionista
que mis padres me leían como cuento. (En casa había
libros por demás, también tomillo y jazmín,
como una vez, Nicandro Pereyra, el poeta de la Tucumania, le dijo
a mi padre) Los fonemas que brotaron de la emotiva voz de mi madre
penetraron en las celdas correctas de la memoria, se almacenaron,
clasificaron y alistaron, para ir dando sentido después
a las palabras, que, en el gran caleidoscopio sin fin de la adquisición
del lenguaje y la escritura, me permitieron encontrar la clave
para convertirme en una lectora apasionada
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Es
en esta especie de ceremonia universal y atávica donde
nuestra especie enciende la llama del conocimiento, cuando las
vibraciones de los sentidos maternos, de sus protoemociones y
de su lenguaje toman contacto con la mirada y los sentidos del
recién nacido. Sólo se podrá aprender a aprender,
aprender a querer y aprender a ser desde estos estímulos;
a veces simples e insuficientes, a veces enhebrados de manera
particular, intencionada y cronológica. Distintos tipos
de pasaportes para el viaje a la inclusión o la exclusión
existencial. Equidad o inequidad original que nos catapulta con
las herramientas intelectuales, emocionales y cognitivas de sesgo
inicial y básico hacia el despliegue de las alas de nuestra
creatividad.
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Pero hay instancias
previas secretas e irrevelables que se develan en el vientre de
cada madre cuando la trama primaria de nuestro cerebro se teje
con fibras de acuerdo a diseños de corte singular, propio
e independiente, junto con hilados más finos, anteriormente
trenzados por la genética de ancestros cercanos y milenarios.
Trama que alberga millones de espacios eléctricos y químicos
que se preparan en red para recibir el impacto del mundo externo
a través del aprender y el conocer que se inician en estas
ceremonias universales y atávicas de la adquisición
del lenguaje.
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Cada madre
o padre se transforma en un libro abierto inicial donde las vocales
y las consonantes se conjuran en las fórmulas y pócimas,
en las claves y passwords que darán sentido a la conexión
de las palabras que llevan a interpretar, decodificar y producir
el conocimiento para interactuar a lo largo de nuestra vida. Cada
padre o madre se transforma en el puente primario para que ese
libro inicial y etéreo de su voz se convierta en páginas
de libros reales, impresos o electrónicos, que despierten
en cadena el hábito de la lectura.
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Pero estas
llamadas ventanas de la oportunidad para el aprendizaje del lenguaje-entre
otras competencias -no se abren por igual para todos. Hay millones
de niños que nacen sin un pan y sin un libro bajo el brazo.
Hay millones de niños que solo escuchan las vocales y las
consonantes del hambre, del dolor, la violencia y la apatía.
Su tránsito inicial al conocimiento queda congelado hasta
que llega su turno en la educación escolarizada, siempre
y cuando éste le llegue.
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Acertadamente,
la naturaleza y su expresión en la biología de nuestra
especie nos resguarda. Nos ha dotado de una plasticidad cognitiva
que puede durar toda la vida. Nuestra necesidad de conservación
intelectual colectiva también nos protege. Nos ha dotado
de un diseño institucional cultural y educativo excepcional
: las bibliotecas, santuarios del alfabeto universal
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Un experto
de la biodinámica cerebral, Carlos von der Becke, escribió
en un trabajo de investigación, que cuando el tramado neuronal
inicial no produce espacios bien consolidados para los procesos
de abstracción por falta de nutrición o estimulación
temprana, son las bibliotecas las que activan las áreas
adormecidas del cableado neuronal a través de la estimulación
que causa la lectura. También lo hacen las búsquedas
en las bases de datos on-line y la mirada y los sentidos que caminan
sobre los interminables lomos de colores y sus letras a lo largo
de las estanterías abiertas absorbiendo , sin quererlo,
kilómetros de insinuaciones al conocimiento que compensan
los años perdidos sin fonemas en cuentos y canciones, sin
páginas de tela o plástico, sin ceremonias universales
y atávicas intencionales y cronológicas que nos
dan la ingesta alfabética inicial. Las bibliotecas son
las madres adoptivas de quienes no han venido al mundo con un
libro bajo el brazo. Son también las incansables y siempre
repletas nodrizas del intelecto de la humanidad.
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Son
como grandes úteros y grandes cerebros a la vez. Son
espacios nutrientes que a través de miríadas de
cordones umbilicales nos brindan ingesta alfabética Se
componen de miles de células que almacenan, clasifican
y alistan las memorias en ellas guardadas por quienes despertaron
ya al conocimiento y quieren compartirlo en algún soporte
de información
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Entre
estas madres adoptivas y nodrizas atentas destaco las bebetecas,
las bibliotecas infantiles y las bibliotecas escolares. Estas son
instituciones que deberían tener prioridad esencial en las
políticas públicas para el desarrollo humano de las
comunidades que todavía sangran por sus brechas de exclusión.
Políticas públicas que deberían concertar acciones
desde la salud, la educación, las nuevas tecnologías
de la información en pos de compensar las carencias tempranas
de manos sin cuentos que quedarán relegadas de las exigencias
de la alfabetización ciudadana. Políticas que deben
dejar a través de recetas llave en mano, con celeridad e
idoneidad , afinquen su impronta en pampas, valles y quebradas. |
Esta
alfabetización ciudadana abre las puertas a una ciudadanía
informada, participativa, alerta y lectora que permite a cada ciudadano
defender y ejercer sus derechos más allá de aquellos
derechos naturales, fundamentales y tradicionales, son los derechos
constitucionales de participar en el diseño y control de
las políticas públicas como usuarios y consumidores
desde la sociedad civil en resguardo de la producción de
bienes y servicios públicos que enmarcarán su calidad
de vida futura. La alfabetización ciudadana tiene fundidas
en sus competencias dos términos : la alfabetización
tradicional ,con sus competencias de la lecto-escritura; y la alfabetización
digital y el uso de medios informáticos y virtuales, ambas
derriten la ignorancia y fermentan la comprensión de la información
y la posibilidad del uso de la palabra inteligente en pos de la
comunicación, y en detrimento de la violencia. La alfabetización
ciudadana alberga esta triple ecuación, que según
su resultado- más positivo o más negativo- dibujará
en el mapa de los pueblos las isotermas y las isobaras de la inclusión. |
Las bibliotecas
infantiles y escolares deben ser entonces teas de prioridad nacional,
los brazos que acunen sopas de letras y alfombras mágicas
lectoras, los espacios donde los niños sin libros bajo
el brazo puedan oler, degustar, arrugar y acariciar páginas
lectoras. Y que podemos decir de las imágenes que prestan
sus ilustradores.! Se convertirán en memoria pincelada
–o pixeles de pantalla – que generarán los
arco iris del ingenio y de la innovación.
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Dice
el Manifiesto para las bibliotecas públicas de la IFLA/ UNESCO
en la introducción a sus pautas para desarrollar bibliotecas
infantiles: “Las bibliotecas para niños nunca han sido
tan importantes como hoy para los niños y su familias en
todo el mundo. El acceso al conocimiento y a las riquezas multiculturales
del mundo, así como al aprendizaje para toda la vida y a
las habilidades de la alfabetización se han convertido en
la prioridad de nuestra sociedad. Una biblioteca infantil de calidad
equipa al niño con aprendizaje para toda la vida y le brinda
habilidades para su alfabetización, posibilitándole
el participar y contribuir con la comunidad. Debería responder
a los constantes cambios en la sociedad y satisfacer las necesidades
de información, cultura y entretenimiento de los niños.
Todo niño debería estar familiarizado y cómodo
con la biblioteca infantil local y poseer las habilidades para manejarse
en cualquier biblioteca general” |
Las
bibliotecas escolares ,por su parte, completan esta gesta maternal
guiando el genio de las múltiples inteligencias en los niños
y aportando habilidades de selección de la información
para producir conocimiento en entornos cognitivos de mayor complejidad.
La lectura por placer y la lectura por saber se escapan de las reglas
de juego que impone el timbre y el aula, y buscan los tiempos sin
tiempos de estas bibliotecas con recreo eterno para el conocer.
En estas instituciones se arma la urdimbre de los valores que protegen
el patrimonio cultural y educativo de la comunidad, se construyen
las identidades locales y, al mismo tiempo, se destraban las esclusas
hacia el pensamiento universal. |
Pero estos
espacios enriquecidos y proteicos no bastarán para emular
silenciosamente los mencionados ritos maternales de iniciación
al conocimiento. Legiones de articuladores de saberes y emociones,
ávidos lectores por acción y convicción estarán
al frente de las bibliotecas infantiles y escolares como esmeradas
madres de colección. El perfil de bibliotecarios infantiles
y escolares requerirá seguramente de un compromiso inusitado
por la seriedad de su nuevo rol, deberán conocer y comprender
la psicología y el desarrollo cognitivo del niño,
las teorías del desarrollo y la promoción de la
lectura, las oportunidades artísticas y culturales, los
requerimientos de contenidos que demanda el aula y la articulación
entre conocimiento y gestión de la información.
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Así
como las madres a través de sonrisas y s arrullos despiertan
los primeros fonemas tan codiciados que marcan la cadencia de la
lengua materna y los pentagramas de la lectura inteligente, las
bibliotecas-esencialmente las bibliotecas infantiles y escolares-
deben convertirse en la placenta tardía de los niños
sin libros y sin pan bajo el brazo , en un oasis y remanso de protección
nutriente del conocimiento participativo para todos los futuros
ciudadanos y el reaseguro de un futuro intelectual más digno
como integrantes de nuestra sociedad. |
En
este sentido, la Biblioteca Nacional de Maestros, desde su impronta
fundacional (Ley 1420) ha tomado el rol de faro nutriente para las
comunidades educativas de todo el país. Desde las épocas
de Sarmiento y Lugones, la BNM extiende sus brazos de libros y páginas
virtuales para mitigar las carencias que tienen muchos docentes
en todo el país para contar con medios que los acerque a
ejercer la lectura transformadora en conocimiento. |
A través
de sus Redes Federales-centros de documentación educativa
y bibliotecas pedagógicas- la BNM clona servicios y productos
de calidad, y apoya el desarrollo el desarrollo de capacidades
locales en gestión de la información en cada jurisdicción.
Al mismo tiempo prepara escenarios desafiantes para la acción
cooperativa de redes de bibliotecas escolares y especializadas
en el sistema educativo nacional.
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Todas
las mañanas, con el cuidado especial de un desayuno humeante
preparados por manos maternas, la BNM abre sus puertas de roble
macizo para dejar entrar la esperanza de nuevas lecturas que se
transformarán en pensamiento y acción
Sus pantallas titilantes con textos completos e imágenes
originales, catálogos desbordantes de registros y exposiciones
virtuales nunca cierran sus párpados de nodriza de tiempo
completo para quienes se conectan a nuestra virtualidad.
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La
BNM no descansa, está siempre atenta y cuidadosa ante las
demandas de libros que viajan para que otros ojos los exploren,
para que manos ávidas tecleen sus deseos de lecturas en las
pantallas remotas, para que las tradicionales mesas de lectura levanten
sus atriles y contengan las páginas que incitarán
más lecturas. |
Por
Graciela Perrone |
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