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  Educación primaria básica (5º a 7º grado) - Juegos, bailes, entretenimientos y espacios de reunión
 
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Actividad: Juegos y diversiones

Trabajo con los textos

  • Lean los textos de Pablo Mantegazza e Ignacio Núñez sobre la  riña de gallo y el juego de sortija y sobre las corridas de toros respectivamente.  Pueden dividirse en dos grupos para hacerlo.  Comenten a sus compañeros de qué se trataban estas diversiones.
 

Riñas y sortijas

Pablo Mantegazza (Aprox. 1860) “Después de las carreras de sortija que se realizaban en verano, la diversión predilecta de los argentinos, en el invierno, es la riña, o pelea de gallos. Durante esta estación, se ven en todos los patios y delante de las casas, grandes jaulas de cañas en las que está encerrado el gladiador con la única compañera que se le concede. El gallo es preparado para la lucha con un régimen dietético, (...) se procura, con alimentos suculentos, fortificar su fibra muscular, en mengua de la gordura linfática de los flojos. De cuando en cuando, se educa al gladiador en las luchas de la batalla, cubriendo su espolón con una camisa de cuero para que no pueda herir, y en estas pruebas se calcula el valor del campeón y se fijan sueños más o menos dorados sobre el porvenir. (...) Cuando el gallo está compuesto, se lo lleva el reñidero, verdadero teatro, que paga un derecho al gobierno, y en el que se exhiben, escritas sobre una gran tabla, las leyes de la guerra gallesca. Después, al campeón, en medio de la arena, se le busca un rival, al que se pesa y confronta, para igualar en los posible a los combatientes en tamaño y peso. Las armas son las espuelas naturales u otras postizas de latón o de plata. Las de acero están prohibidas por reglamento porque se las cree venenosas. La riña puede durar hasta la muerte de uno de los gladiadores, o hasta que uno de ellos cede el campo y huye por una pequeña salida que está siempre abierta, para los cobardes, en una esquina de la arena. También se considera derrotado el gallo que, sangrando, bizco y tal vez caído el pico, canta, llamando a su socorro a las gallinas de su harén. (...)

Sortijas

En las grandes fiestas nacionales y en las solemnidades religiosas, jamás falta en la plaza de la aldea un arco, del que pende un pequeño anillo de oro, apenas suspendido de una débil cinta de seda. Deben los jóvenes, corriendo precipitadamente a caballo, pasar por debajo del arco, enhebrar el anillo con una varita y separarlo. Este juego de la sortija, se realiza en presencia de las autoridades civiles y militares del país y en rueda de las elegantes señoritas que, con sus pañuelos y sonrisas, animan a los caballeros en la difícil empresa, para enorgullecerse de adornar sus dedos con el obsequio del vencedor. Estas fiestas recuerda los gloriosos tiempos de nuestra Edad Media.”

(Extraído de: Busaniche, José Luis (1985) Estampas del Pasado II, Buenos Aires, Hyspamérica., págs. 241-243)

Corridas de toros

De Lafuente Machaín “Como antes, la fiesta más popular era la lidia de toros, pero por su carácter cambió a causa de la poca afición que mostró por ella el rey don Felipe V. Esto modificó el concepto que merecía, pues los señores e hidalgos se alejaron del redondel y fueron reemplazados por profesionales salidos de las bajas esferas, los cuales mediante sus proezas taurinas, lograban convertirse en ídolos del pueblo aficionado a cultivar la baulera.

La función no se limitaba a lidiar un reducido número de toros, sino que se agregaba al programa, el desfile de muñecos, mojigangas, gigantes, enanos, máscaras en carros, a caballo y a pie, etc., en medio de la gritería charangas y cuanto propendiera a enardecer al público, siempre ávido de ruidos y gritos, que confunde con la alegría.

El ruedo o circo se formaba en la plaza Mayor, frente al Cabildo, con una medida aproximativa de 60 varas por lado. Los balcones del Ayuntamiento servían de palco para las autoridades civiles, militares y eclesiásticas, así como para sus familias e invitados de honor. Convenientemente adornado con cabalgaduras y guirnaldas, eran un elemento decorativo en el conjunto.

Los costados del circo se cerraban con barreras y detrás se hacían palcos y tendidos, con su clasificación de <<sol>> y <<sombra>>. Por motivo que se ignora, la parte del este se llamaba <<la Mariquita>>. Las localidades se vendían de antemano y algunas tenían adquirentes habituales.

El toril se ubicaba a un costado de la Plaza, con postes y tablas formando bretes.

La celebración de las corridas allí, iban aumentando los motivos de conflicto entre las autoridades por cuestión de precedencia e invitaciones. Además el ganado chúcaro, causaba sustos y accidentes al atravesar por la ciudad.”

De Lafuente Machain, R. (1946) Buenos Aires en el siglo XVIII. Buenos Aires, Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. (págs. 223-224)

 

Trabajo con imágenes y textos

  • Según lo que observan en las pinturas “Riña de Gallos” de Pallièrre y “Vista general de Buenos Aires, desde la Plaza de Toros” de Vidal ¿serían los mismos grupos sociales quienes asistían a una y otra? Corroboren su afirmación con los textos leídos
  • ¿Conocen lugares donde aún se sigan teniendo estas actividades como diversión?
  • ¿Qué otras diversiones que no están mencionadas en los textos aparecen en las imágenes? Busquen información sobre ellas.
 

Algunas páginas con información

Juegos y tradiciones de Argentina

 
 

Actividad Más juegos: la chueca y el pato

  • Lean el texto de Concolorcorvo de 1773.
  • ¿A qué juego que conocen es parecida la chueca?
  • Busquen más información sobre este juego. ¿Qué otro nombre se le daba?
  • Averigüen en qué consistía el juego del pato.

La chueca

Concolorcorvo(1773)“Los habitantes , desde de Buenos Aires hasta Mendoza, ocupan un territorio llano, dilatado y de piso fuerte por lo general. Sus diversiones, fuera de sus casas, se reducen á jugar la chueca bárbaramente, y sin orden, porque aunque es un género de malla, es solamente una bola entre muchos sujetos, que á porfía la golpean. Algunos se avanzan para cogerla, y como la bola, por el desorden, no lleva siempre el movimiento recto, hay cabezas rotas, y muchas veces pies y piernas lastimadas. También juegan al pato en competentes cuadrillas”

Extraído de: Concolocorvo (1908) El lazarillo de los ciegos caminantes desde Buenos Aires hasta Lima. 1773. Buenos Aires, Compañía Sud-Americana de Billetes de Banco. Biblioteca de la Junta de Historia y Numismática Americana. (pág. 146-147)

Algunas páginas con información

Historia del pato o palín en Wikipedia
El pato como deporte en Wikipedia

 
 
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