Home portafolios
Biblioteca Nacional de Maestros
Actividades Evaluación    
 
  Propuesta 2: Los afroargentinos y la literatura nacional
 
La Asamblea de 1813
 
   

 
icono Actividad 1

Con esta propuesta presentamos un recorrido para abordar la temática de los afroargentinos en nuestra historia a partir de poemas de escritores argentinos, dos de ellos afroargentinos, de distintos períodos históricos de nuestro país. Para ello, ponemos a disposición una selección de poemas a partir de los cuales proponemos una serie variada de actividades.

CASILDO GERVASIO THOMPSON: MÚSICA Y POESÍA NEGRA AMERICANA
Casildo Gervasio Thompson nació en Buenos Aires en 1856. Fue uno de los poetas afroargentinos más destacados. También se desempeñó como militar, al igual que su padre Casildo Thompson (1826-1873) El poema “Canto al África” fue escrito en marzo de 1878 y leído por el autor el 1 de abril de este año en una conferencia en la Sociedad de Fomento de las Bellas Artes. Murió en Buenos Aires en 1928. Dicho poema se encuentra en el libro Antología de la poesía negra americana y está disponible en la BNM

CANTO AL ÁFRICA (1878)

Bajo un cielo fulgente
De límpido color, con blancas nubes
Como tejidas alas de querubes;
Cielo con millones de luceros
Que refulgen en noche de embelesos,
Con amante porfía
Acariciando la tierra con sus besos;
Bajo un sol de flamígeros colores
Que ilumina el espacio en rayos de oro,
Con un aire de aromas y un tesoro
En rubíes y perlas de sus flores,
Hay una tierra virgen que fué cuna,
Por duelo o por fortuna,
De una raza que es mártir por su historia.

Raza digna de gloria
Porque es noble y activa
Como el león que entre la selva mora,
Y que en acerba hora
Arrastróla al abismo de la infamia,
Y sin temblar, la fraticida mano
De un bárbaro Caín, cruel inhumano...
¿Sabéis cómo se llama
Esa tierra divina y bendecida,
Esa joya que al mundo Dios legara,
Esa púdica virgen ofendida
Que humillada descuella?
Se llama África, sí, Africa Bella!

Es la cuna del negro: esa es la patria
Del eterno proscrito que llora
Y lejos de sus lares
Eleva en patria extraña voz sonora
Entonando el cantar de los pesares.
Del negro ésa es la cuna;
Del paria universal. El sol ardiente
Que besó en la niñez su altiva frente
También le vio partir con triste duelo,
Con planta ensangrentada,
Arrastrando el dogal, mirando el cielo,
Testigo de su afrenta y del vil sello
Que un verdugo feroz le puso al cuello.

Esa tierra, la imagen seductora
De un perdido paraíso de delicias,
De luto se cubrió, desde la aurora
Al ocaso del sol de muchos siglos.
Sus hermosas riberas
Que poblaron ayer barcas ligeras;
Sus márgenes risueñas y floridas,
Sus bosques y sus selvas, adolidas
Veláronse la face...
¿Sabéis lo que sucede y por qué triste
La bellísima virgen africana
Sus galas se desviste
Y no ostenta sonrisa de sultana?
Porque sonó una hora, ¡hora maldita!
De aprobio y de vergüenza en que una grita
Que dijo: ¡Escalvitud! se oyó en los aires,
Y del callado valle al mar airado,
Desde la altiva cumbre al bajo prado
Una fiera sedienta
Que se llamó hombre blanco,
El seno desgarró al África virgen
Con avidez brutal, saña sangrienta.

A contar de aquel día
De lágrimas y duelo,
No brillaron los rayos en el cielo
Del sol de la justiica.
El tronco del baobab que fué la coza
De cien generaciones,
Hogar que dió Natura generosa
Y respetaron tigres y leones
De la selva africana,
Cayó al golpe del hacha del verdugo;
Y porque a éste plugo
Entre ayes salió el niño y la doncella
De labios de color y ojos de fuego,
Del chispeante mirar y voz de ruego,
Y universal clamor se oyó en los aires
Que atravesó la nube y llegó al cielo
Demandando piedad para aquel suelo.
El cielo estaba sordo;
Ni aun el grito del párvulo inocente,
Que en todo humano pecho encuentra eco,
El corazón del blanco halló clemente.
La plegaria sentida
Que los maternos labios balbucearan
Oyó frío, insensible, el homicida.
Aquella humana fiera}quiso que el débil niño
en los benditos brazos de su madre
los golpes de su látigo sufriera.

¡Ah! déspota y cruel; él es el amo
que concede la vida y da la muerte,
que no conoce ley, débil ni fuerte,
ni aquel Dios justiciero
que ve la iniquidad y es juez severo.
Así le vió llegar el hombre negro
al umbral secular de su morada,
santuario eterno de tranquilidad dicha
por nadie profanada.
Y al mirarle ante sí amenazante
con el hierro en la diestra,
se inclina suplicante.

Pretendiendo calmar su ira siniestra
eleva, pues, la voz con dulce ruego
mientras surca su faz llanto de fuego
que conmoviera acaso hasta a las fieras.
“Detente - el negro dice -, esta es la choza
do se anima el recuerdo de una esposa
que perfumó de amor la vida mía
y fue luz de mis ojos
que extinguirá su brillo en mi agonía.
Detente por piedad: aquí nacieron
dos trozos de mi alma
que me inundaron en bendita calma;
dos estrellas, dos perlas, mis dos hijos,
que dan nervio a mi fuerza ya abatida
y en su raudal de amor me infunde vida”.
Pero el blanco inhumano
sonriendo con desprecio, el pie adelanta.
“Detente - el negro implora- , que tu planta
respete el templo humilde de mi dicha”.
Y el blanco inexorable,
fustigando del negro el rostro bravo,
le dice con desdén intolerable:
“Aparta negro vil, aparta, esclavo!...”
¡Ah! maldito, maldito por mil veces
seas, blanco sin fe; tu cruel memoria
sea eterno baldón para tu historia
que deshonre a los hijos de tus hijos,
y lleven en la frente
la mancha de la infamia que tú hicieras,
cual lleva el negro eternamente
las heridas del alma que le abrieras.
Maldito seas, sí, que hasta te arroje
de su seno la tierra,
porque fuiste su aborto y fué tu vida
signo de cruda y fratricida guerra.

Más, ¡no! cese la ira,
su misión el poeta no realiza
del odio en la región y de su lira
sólo es dulce el acorde melodioso
si de la paz la oliva simboliza,
y es el amor el numen
do va a beber la inspiración divina
que, cual voz de sirena peregrina,
traiga a los seres en el mundo extraños
a la región de luz do el odio cesa
y de fraternidad la aurora empieza.

Hay en el cielo nubes de oriflama:
aparece una aurora esplendorosa
entre velos de nácar y de rosa,
presagiando un radiante y nuevo día.
Se siente en el espacio una armonía
cuyo eco celestial arroba el alma
en éxtasis divino:
Tan dulce es su rumor, tan peregrino.
La selva se estremece, el mar suspira;
y en esas ondas de cristal y nieve
el cielo azul se mira
como mujer coqueta en terso espejo.
De las flores de vírgenes praderas
al sollozo del aura estremecidas,
del embriagador aroma...
surgen olas ligeras...
¿Sabéis lo que sucede?
¿Sabéis por qué Natura conmovida
el tesoro descubre do se anida?
Porque viene ya el sol que África espera;
el sol que al oprimido y al esclavo
una voz de profeta predijera,
el sol de Redención; sonó la hora
en el cuadrante eterno del destino;
ya en nombre del amor se dan las manos
esclavos y tiranos
y libres y oprimidos;
pues la igualdad, de la Justicia hermana,
los quiere en un abrazo confundidos.

Algunas preguntas para reflexionar...

  • ¿Qué nos aporta esta poesía para comprender la esclavitud en nuestro continente?
  • ¿Qué piensan que significó la liberación, de los afro-americanos en el marco de la emancipación del continente?
  • ¿Qué piensan que habrá significado la esclavitud para el continente Africano?

 

CONTRAPUNTO ENTRE MARTÍN FIERRO Y EL MORENO

En el gran poema nacional “El Gaucho Martín Fierro” de José Hernández y específicamente en el canto XXIX de la “Vuelta de Martín Fierro”, el gaucho tiene un contrapunto con un Moreno.
Les proponemos leer el canto XXIX del Martín Fierro. Seguramente se encuentre disponible en la biblioteca de la escuela. Una versión en línea pueden encontrarla en la Biblioteca Virtual Cervantes

Luego de esta lectura, pueden trabajar a partir de las siguientes preguntas:
1- ¿Por qué Martín Fierro se sentía desafiado por el Moreno? ¿En qué consistía el desafío?
2- ¿Saben en qué consiste el arte de payar o cantar en contrapunto? ¿Conocen a algún payador?
3- ¿Qué cuenta el Moreno en la payada?
4- En varios momentos, Martín Fierro desafía al Moreno con varias preguntas ¿Qué preguntas le hace? ¿Puede el moreno responderlas? ¿Cómo lo hace?
5- Cuando le toca el turno al Moreno, ¿qué preguntas le hace a Martín Fierro? ¿Puede éste responderlas?
6- ¿Cómo finalizó el desafío entre Martín Fierro y el Moreno? ¿Quién les parece que ganó?
7- Para finalizar, ¿qué dicen estos fragmentos sobre “blancos” y “negros”? ¿Se plantean conflictos? ¿Cómo los resuelven? Les sugerimos que lean en especial los versos: 4015 a 4030, 4075 a 4080, 4095 a 4105 y 4120 a 4135.
8- ¿Qué piensan sobre el contenido de los versos? ¿Qué nos habrá querido decir José Hernández con ellos?

Más recursos didácticos para seguir trabajando: Martín Fierro en la BNM Ahora los invitamos a visitar un recurso didáctico sobre el Martín Fierro realizado por la BNM en base a la película que lleva este nombre y que tiene dibujo de Fontanarrosa. Allí encontrarán imágenes, más actividades y propuestas para el aula además del trailer de la película.

 

PAYADORES NEGROS: GABINO EZEIZA

payadores

No es casualidad que el oponente de Martín Fierro haya sido un payador negro. Muchos de los payadores más renombrados fueron afroargentinos. Entre ellos, se destaca Gabino Ezeiza nacido en Buenos Aires en 1858. Su padre había sido esclavo. Gabino Ezeiza trabajó de escritor en el períodico afroargentino La Juventud, mientras iba desarrollando su talento como guitarrista y payador. Entre 1890 y 1915, adquirió notable fama y recorrió Argentina y Uruguay con payadas memorables como “Heroica Paysandú”.
El poeta Homero Manzi en la película “El último payador” del año 1950 retoma a Gabino Ezeiza a través de su encuentro con otro importante payador, cuya vida inspiró esta película: José Bettinotti.
Los invitamos a ver un pequeño fragmento de esta película en la que Gabino interpreta una de sus más populares payadas Heróica Paysandú

 


  • Averigüen por qué Gabino Ezeiza dedica esta canción a Paysandú, ciudad uruguaya. ¿Por qué la llama “Heróica”?
  • Investiguen en la biblioteca de la escuela o en internet sobre gabino Ezeiza. Averigüen especialmente sobre sus ideas y militancia política.


Ahora los invitamos a escuchar “El abuelo” de Gabino Ezeiza.

Aquí hay parte de su letra:

EL ABUELO (1897)

Que alientos de Gigantes
parece que tenemos
al recordar la Gloria
que nos dijo el ayer;
El sol de Mayo, siempre
que esplendoroso vemos
del Andes hasta el Plata
he visto amanecer.

Iluminó las glorias
de Maipo y Chacabuco
primero San Lorenzo
después hasta Junín;
a mi finado abuelo
también la gloria cupo
de hacer esa campaña
desde el principio al fin.

Cuando él murió me dijo:
-Mi nieto yo no tengo
fortuna que dejarte
pero un buen nombre sí.
Ahí tienes los honores
y tienes las medallas
ganadas en batallas
a las que yo asistí.

…....

  • ¿A quién le habrá dedicado esta obra Gabino Ezeiza?
  • ¿Qué dice este poema sobre la participación de la población negra en las batallas por la Independencia?
  • Les proponemos leer otro poema de Gabino Ezeiza, del libro Canciones del Payador argentino disponible en la BNM.

 

BATALLA DE MAIPO (1)
Mil ochocientos diez y ocho
Para todo el Argentino
Encierra un recuerdo digno
Que hoy lo quiero mencionar:
La gran batalla de Maipo
Que San Martín el Guerrero
En lucha con el Ibero
Logró la gloria alcanzar.

Cinco de abril memorable
Cuando amaneció la aurora
Una brisa bienhechora
Ténue comienza á soplar
Y las brumas que á las crestas
De los Andes envolvían
Recien despertando el día
Se empiezan á disipar.

Lanza el cóndor su graznido
Y al contemplar tanta gente
Alza el vuelo de repente
Hasta la etérea región
Y entre la Argentina hueste
Por el viento acariciado
Se vé gallardo ostentado
El celeste pabellon.

Allí estaban frente á frente
Esos inclitos campeones
La hiel en sus corazones
En los otros las ansiedad
Los unos porque querían
El sostén del coloniaje
Y los otros con coraje
Luchas por la libertad.

San Martín que á la cabeza
De sus bravos escuadrones
Las enemigas legiones
Acuchilla sin cesar;
Lavalle hace mil prodigios
Mientras que ya el enemigo
Cuyo temor va consigo
Se empiezan á desbandar.

¡Viva la patria! de nuevo
Se siente el clamor horrendo
De la granada el estruendo
Los redobles del tambor
Voces de mando que gritan
Adelante y adelante,
Y entre miembros palpitantes
Va cruzando el vencedor.

Ya no se vé un estandarte
Entre la hueste enemiga
Ménos la esperanza abriga
Poderlos reconquistar
Solo se vé un granadero
De una estatura gigante
Que un cadáver cada instante
Hace á sus plantas rodar.

Un gran claro ya ha formado
Batiéndose en retirada
Blandiendo una enorme espada
Nadie puede resistir.
Sale Aldao y al granadero
Se le cuadra frente á frente
Y todos creen que el teniente
Va á sus plantas á morir.

Paró el golpe del atleta
Con la más brillante suerte
Y una estocada de muerte
En el corazon le da
Cayó como vieja encina
Y Aldao en aquel instante
Entonó en voz vibrante
un ¡viva la libertad!

De aquella gloria ha nacido
La libertad que hoy gozamos
A otra nación no envidiamos
Ni gloria ni porvenir;
Que no solo nuestra patria
Libertaron con su espada
Porque esa gloria deseada
Cien pueblos saben lucir.

(1) La transcripción del poema respeta la ortografía original.

  • Busquen información sobre la batalla de Maipo
  • Averigüen quién fue Aldao.
  • ¿Por qué creen que Gabino Ezeiza cantaba sobre batallas de nuestra historia?
 
 
BNM