Desde la Biblioteca Nacional de Maestros felicitamos a las cinco bibliotecarias de distintas provincias del país que realizaron la primera fase del Primer Curso Virtual de Formación de Responsables de Bibliotecas Escolares –organizado por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC)- y que a partir de julio continuaron la segunda etapa.
Durante los meses de agosto y septiembre de 2011, los equipos jurisdiccionales del Programa BERA trabajaron en la selección de postulantes para este curso. Entre ellos, Carolina Rocha, de la Escuela Provincial Nº 20 “Maestro Ricardo Berwyn” de Chubut; Andrea Alvarellos, de la Escuela Nº 1162 “Dr. Pedro Arias” de Santa Fe; Sandra Zili, del Instituto José Manuel Estrada de Córdoba; Marcela del Valle Rodríguez, del Colegio Secundario Nº 32 de Jujuy y Estela Solana, de la Escuela Nº 16 “Profesor Gerardo Victorin” de Entre Ríos son las cinco profesionales que asumieron el desafío de continuar el segundo trayecto. Por su parte, María Rosa Pires, del Colegio Provincial Comandante Luis Piedrabuena de Tierra del Fuego; Gabriela Estigarribia, de la EP Nº 165 de Buenos Aires; y Reina Isabel Soria del Centro Polivalente de Arte Nº 5092 de Salta también participaron de la primera etapa.
“Si bien debo decir que encontré muchos puntos en común con mi trabajo cotidiano, este curso me ayudó dándome las herramientas teóricas necesarias para fundamentar los lineamientos y acciones a llevar a cabo desde la biblioteca como centro de recursos y como eje pedagógico de la escuela”, explicó Carolina Rocha. Asimismo, Sandra Zili sostuvo: “Entre otros aspectos, pude abordar contenidos propios del quehacer de la biblioteca escolar, reflexionar sobre el rol de lectores y escritores, detenerme a observar la práctica cotidiana, detectar debilidades, fortalezas y planificar acciones para actuar al respecto en función de la capacitación recibida, compartir experiencias y miradas, llevar a cabo un estudio cooperativo”.
En el mismo sentido, para Andrea Alvarellos la reflexión sobre la dimensión de los bibliotecarios escolares como mediadores de actos significativos de lectura le permitió “estimular la capacidad de reflexión e interpretación y ayudó a evocar lugares y espacios de la infancia que creía olvidados”.
Por su parte, para Marcela Rodríguez este curso acompañó y guió la elaboración y concreción de su proyecto de biblioteca. Esto le dio coherencia y sistematización al trabajo con los usuarios, los fundamentos teóricos para responder al Proyecto Educativo Institucional, y la claridad y precisión para formular los objetivos teniendo como premisa el apoyo del proceso enseñanza-aprendizaje, tanto de alumnos como de docentes, sin olvidar la comunidad en donde está inserta.
Para Estela Solana la participación en este espacio sirvió para fortalecer la interacción entre bibliotecas y promover el trabajo cooperativo en red aportando ideas y estrategias orientadas hacia ese objetivo.
De este modo, el curso cumplió con las expectativas de las participantes al brindarles la posibilidad de compartir saberes y prácticas propias de sus responsabilidades cotidianas al frente de las bibliotecas escolares, generando a la vez un ámbito de reflexión y discusión teórica.
