Boletín electrónico Año 4 No 35
Diciembre 2006
ISSN 1667-8397
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Biblioteca Nacional de Maestros
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología
 
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Apertura de la VII Jornada Nacional de Bibliotecarios Escolares
 

Buenos Días a todos, en esta 7ª y ya clásica Jornada de Bibliotecarios Escolares, le damos la bienvenida a todos los que representan a aquellos que están trabajando en las Bibliotecas Escolares de todos los niveles educativos y las Bibliotecas Especializadas del país. Nos acompañan también hoy, los responsables y directores de los Centros de Información Educativa del Sistema Nacional de Información Educativa y los Responsables y bibliotecarios de las Bibliotecas Pedagógicas de las distintas jurisdicciones.
Quiero asimismo agradecer a las autoridades y colegas del Ministerio de Educación que nos acompañan, a los especialistas, los editores, en fin, a los que apoyan esta cruzada de despertar el sueño de las bibliotecas escolares en cada escuela.
Yo una vez tuve un sueño: los sueños se inscriben en las utopías y las utopías se escriben con sueños tejidos y entrelazados por voluntades individuales y colectivas, que también se entrelazan en prácticas de militancia, de conocimiento y de emociones compartidas.
Yo crecí en una casa con muchísimos libros, y allí tuve un sueño, cuando era pequeña quería ser jueza y que todos los chicos tuvieran un libro de lectura y un libro de cuentos para leer. La vida siguió y tomó su rumbo. Cuando estudiaba tenía la suerte que mi padre trabajara en la industria papelera y estaba en contacto con editoriales, además de ser un ávido lector y autodidacta. El me traía libros, y libros, mientras yo leía de todo. Incluso robaba de los estantes una hermosa edición de Las Mil y una noches en papel biblia y leía a “Sherezade y los sultanes” cuando no estaban mis padres, aprendiendo del amor desde la fantasía del cuento.
No tenía oportunidad de ir a las bibliotecas públicas, porque tenía casi todos los libros en casa. Cuando teníamos que hacer los trabajos, en el anexo primario del Normal de Quilmes, en una pequeña biblioteca, los libros estaban mezclados con mapas, con esqueletos y los tradicionales animales embalsamados de aquella época.
Aprendí lo que era una biblioteca pública cuando a los 16 años, a través de un intercambio, se me ocurrió ir a Estados Unidos. Allí vivía en la biblioteca. El secundario tenía una biblioteca de 30.000 libros y teníamos que hacer trabajos de investigación con pie de páginas, citas y bibliografías, como pequeños “papers” o monografías, en el secundario. La biblioteca de la escuela no alcanzaba y había que ir a la ordenada e inmensa biblioteca pública de la ciudad.
Ahí también tuve un sueño: de vuelta al país, cuando estudiaba la carrera de sociología me encantaba pensar en generar grandes cambios en nuestra sociedad, pensar que se podían hacer cosas para que los ciudadanos de la Argentina tuvieran las posibilidades de acceder en cada escuela y comunidad a la información y al conocimiento como derecho.
Cuando cerraron la carrera de sociología, donde era docente, busqué un refugio en la biblioteca Mariano Moreno de Bernal, en el sur de Buenos Aires. Esa famosa biblioteca pública popular que mostró que se podía desde la comunidad acceder a una biblioteca moderna con acciones de extensión hacia la comunidad. Allí comencé a aprender acerca del funcionamiento y las actividades técnico-bibliotecológicas, practiqué el liderazgo comunitario y organizacional. Tuve modelos de líderes, esos que nos abren el camino y de los cuales tenemos que aprender
Allí tuve otro sueño: el de las bibliotecas populares, su modernización y su crecimiento. En ese momento, me convoco Gregorio Weinberg, para trabajar en la Dirección Nacional del Libro. Desde allí hicimos la campaña “Leer es crecer” con Hebe Clementi a mitad de los años 80. Recuerdo el primer día en la Secretaria de Cultura donde muchos famosos escritores de hoy (Elsa Bornemann, Graciela Montes, Gustavo Roldan, y otros) estaban alrededor de una gran mesa del despacho, y desde ahí surgieron todas las chispas de lectura que se desparramaron por todas las bibliotecas populares. Fue desde la CONABIP que trabajamos en el desarrollo de las salas infantiles de lectura. Como vocal de la CONABIP, volvimos a darle a las bibliotecas populares una nueva ley, con un equipo de colegas de la Comisión Nacional, con el aporte de un fondo nacional de recursos para que se modernizaran y desarrollaran colecciones activas para los ciudadanos de las comunidades.
Estando en la CONABIP, también tuve otro sueño. De las 3000 bibliotecas populares, 1000 eran escolares, eran bibliotecas híbridas, se amparaban allí ya que no había ningún espacio de política pública en las áreas de educación que pudiera darle una visión y orientación a esas bibliotecas, y las otras decenas de miles existentes, para apoyarlas a crecer en un sistema propio.
Por esas cosas del destino que nos llevan a que se vayan cumpliendo los sueños, me convocaron desde este Ministerio, la Lic Susana Decibe, para armar un nuevo proyecto para la Biblioteca Nacional de Maestros. Y allí comenzó el otro sueño: el sueño de que las bibliotecas escolares tuvieran un espacio en la agenda pública educativa nacional
Vemos que los sueños se hacen realidad. Aquí, todos juntos !! El Programa Nacional BERA- de las bibliotecas escolares y especializadas- hace 7 años que crece en forma pausada pero firme. Desde nuestra convocatoria y desde una demanda genuina de ustedes, los bibliotecarios escolares que representan a todos los otros bibliotecarios escolares del país, este sueño de militancia democrática, de trabajo conjunto, este sueño emocional de trabajo por la lectura y los libros se hace realidad.
Hay mucho todavía por hacer y lo vamos a ir viendo en esta Jornada. Los sueños necesitan una visión y una maduración institucional. La política pública tiene su tiempo, aún más en un país como el nuestro, donde cuesta generar instituciones genuinas y sustentables. Se necesita maduración, continuidad, conocimiento, mentes flexibles y el saber encontrar y aprovechar las oportunidades históricas para comenzar un cambio. Se necesita la creación de redes de voluntades que construyan un paisaje mental en donde los sueños tengan una morada común para poder reencarnarse en nuevos desafíos.
Esto vamos a comprobarlo en la Jornada de hoy: hay algunos sueños que están cumplidos y otros que todavía debemos materializar entre todos.
Espero que disfruten la Jornada.


Lic. Graciela Perrone
Directora de la BNM