Buenos Días
a todos, en esta 7ª y ya clásica Jornada de Bibliotecarios
Escolares, le damos la bienvenida a todos los que representan
a aquellos que están trabajando en las Bibliotecas Escolares
de todos los niveles educativos y las Bibliotecas Especializadas
del país. Nos acompañan también hoy, los
responsables y directores de los Centros de Información
Educativa del Sistema Nacional de Información Educativa
y los Responsables y bibliotecarios de las Bibliotecas Pedagógicas
de las distintas jurisdicciones.
Quiero asimismo agradecer a las autoridades y colegas del Ministerio
de Educación que nos acompañan, a los especialistas,
los editores, en fin, a los que apoyan esta cruzada de despertar
el sueño de las bibliotecas escolares en cada escuela.
Yo una vez tuve un sueño: los sueños se inscriben
en las utopías y las utopías se escriben con sueños
tejidos y entrelazados por voluntades individuales y colectivas,
que también se entrelazan en prácticas de militancia,
de conocimiento y de emociones compartidas.
Yo crecí en una casa con muchísimos libros, y allí
tuve un sueño, cuando era pequeña quería
ser jueza y que todos los chicos tuvieran un libro de lectura
y un libro de cuentos para leer. La vida siguió y tomó
su rumbo. Cuando estudiaba tenía la suerte que mi padre
trabajara en la industria papelera y estaba en contacto con editoriales,
además de ser un ávido lector y autodidacta. El
me traía libros, y libros, mientras yo leía de todo.
Incluso robaba de los estantes una hermosa edición de Las
Mil y una noches en papel biblia y leía a “Sherezade
y los sultanes” cuando no estaban mis padres, aprendiendo
del amor desde la fantasía del cuento.
No tenía oportunidad de ir a las bibliotecas públicas,
porque tenía casi todos los libros en casa. Cuando teníamos
que hacer los trabajos, en el anexo primario del Normal de Quilmes,
en una pequeña biblioteca, los libros estaban mezclados
con mapas, con esqueletos y los tradicionales animales embalsamados
de aquella época.
Aprendí lo que era una biblioteca pública cuando
a los 16 años, a través de un intercambio, se me
ocurrió ir a Estados Unidos. Allí vivía en
la biblioteca. El secundario tenía una biblioteca de 30.000
libros y teníamos que hacer trabajos de investigación
con pie de páginas, citas y bibliografías, como
pequeños “papers” o monografías, en
el secundario. La biblioteca de la escuela no alcanzaba y había
que ir a la ordenada e inmensa biblioteca pública de la
ciudad.
Ahí también tuve un sueño: de vuelta al país,
cuando estudiaba la carrera de sociología me encantaba
pensar en generar grandes cambios en nuestra sociedad, pensar
que se podían hacer cosas para que los ciudadanos de la
Argentina tuvieran las posibilidades de acceder en cada escuela
y comunidad a la información y al conocimiento como derecho.
Cuando cerraron la carrera de sociología, donde era docente,
busqué un refugio en la biblioteca Mariano Moreno de Bernal,
en el sur de Buenos Aires. Esa famosa biblioteca pública
popular que mostró que se podía desde la comunidad
acceder a una biblioteca moderna con acciones de extensión
hacia la comunidad. Allí comencé a aprender acerca
del funcionamiento y las actividades técnico-bibliotecológicas,
practiqué el liderazgo comunitario y organizacional. Tuve
modelos de líderes, esos que nos abren el camino y de los
cuales tenemos que aprender
Allí tuve otro sueño: el de las bibliotecas populares,
su modernización y su crecimiento. En ese momento, me convoco
Gregorio Weinberg, para trabajar en la Dirección Nacional
del Libro. Desde allí hicimos la campaña “Leer
es crecer” con Hebe Clementi a mitad de los años
80. Recuerdo el primer día en la Secretaria de Cultura
donde muchos famosos escritores de hoy (Elsa Bornemann, Graciela
Montes, Gustavo Roldan, y otros) estaban alrededor de una gran
mesa del despacho, y desde ahí surgieron todas las chispas
de lectura que se desparramaron por todas las bibliotecas populares.
Fue desde la CONABIP que trabajamos en el desarrollo de las salas
infantiles de lectura. Como vocal de la CONABIP, volvimos a darle
a las bibliotecas populares una nueva ley, con un equipo de colegas
de la Comisión Nacional, con el aporte de un fondo nacional
de recursos para que se modernizaran y desarrollaran colecciones
activas para los ciudadanos de las comunidades.
Estando en la CONABIP, también tuve otro sueño.
De las 3000 bibliotecas populares, 1000 eran escolares, eran bibliotecas
híbridas, se amparaban allí ya que no había
ningún espacio de política pública en las
áreas de educación que pudiera darle una visión
y orientación a esas bibliotecas, y las otras decenas de
miles existentes, para apoyarlas a crecer en un sistema propio.
Por esas cosas del destino que nos llevan a que se vayan cumpliendo
los sueños, me convocaron desde este Ministerio, la Lic
Susana Decibe, para armar un nuevo proyecto para la Biblioteca
Nacional de Maestros. Y allí comenzó el otro sueño:
el sueño de que las bibliotecas escolares tuvieran un espacio
en la agenda pública educativa nacional
Vemos que los sueños se hacen realidad. Aquí, todos
juntos !! El Programa Nacional BERA- de las bibliotecas escolares
y especializadas- hace 7 años que crece en forma pausada
pero firme. Desde nuestra convocatoria y desde una demanda genuina
de ustedes, los bibliotecarios escolares que representan a todos
los otros bibliotecarios escolares del país, este sueño
de militancia democrática, de trabajo conjunto, este sueño
emocional de trabajo por la lectura y los libros se hace realidad.
Hay mucho todavía por hacer y lo vamos a ir viendo en esta
Jornada. Los sueños necesitan una visión y una maduración
institucional. La política pública tiene su tiempo,
aún más en un país como el nuestro, donde
cuesta generar instituciones genuinas y sustentables. Se necesita
maduración, continuidad, conocimiento, mentes flexibles
y el saber encontrar y aprovechar las oportunidades históricas
para comenzar un cambio. Se necesita la creación de redes
de voluntades que construyan un paisaje mental en donde los sueños
tengan una morada común para poder reencarnarse en nuevos
desafíos.
Esto vamos a comprobarlo en la Jornada de hoy: hay algunos sueños
que están cumplidos y otros que todavía debemos
materializar entre todos.
Espero que disfruten la Jornada.