En las últimas dos décadas de su vida Lugones sostuvo posiciones políticas que ensombrecieron la lectura de su obra y la valoración de su estatura intelectual.
Sin embargo, los centenares de volúmenes que le fueron dedicados, en muchos casos por personalidades situadas en las antípodas estéticas e ideológicas de su pensamiento, señalan el lugar central inequívoco que tuvo Lugones en la Argentina de la época, no solo en el campo de la cultura sino también en el campo de las ideas y la educación.
Lugones dialoga en esas mismas páginas con marginalia manuscrita en negro, azul y rojo, su huella en marcas eruditas y originales lecturas. Girondo, Borges, Fernández Moreno, Mariátegui, Unamuno, Barletta, Figari, Capdevila, Levene, Mercante, Gerchunoff, Rojas, entre otros.